El Frente Nacional inaugura hoy su campaña electoral en Lyon, con la presentación de 144 proposiciones que defenderán para los comicios del 23 de abril y el 7 de mayo. Marine Le Pen desveló esta semana en una entrevista a Le Monde en qué se basaran tales principios y su vicepresidente, Florian Philippot, anunció ayer otro polémico punto: un impuesto del 10% sobre los contratos a trabajadores de la Unión Europea. Será una de las medidas incluidas en la llamada «prioridad nacional», que el FN pretende introducir en la Constitución tras un referéndum que tendría lugar en junio y en el que se tocarían otros puntos referentes a los tratados europeos. «Sí, queremos introducir la prioridad nacional para devolver el honor y el privilegio al hecho de ser francés», confirmó Florian Philippot en las antenas de RTL. «Para empezar hay que retirar el derecho de voto a los extranjeros y devolver la prioridad en el acceso al empleo y a la vivienda social a los franceses». Así, se establecería una tasa sobre todos los contratos de inmigrantes, incluyendo los de ciudadanos de la UE, del 10%. El FN asegura que de esta forma pretende luchar contra la «deflación salarial permanente vinculada a la inmigración masiva». «Si el empleador cree que el extranjero es extremadamente competente, para ese puesto pagará el precio y si no, contratará a un francés», añadió. Philippot también confirmó que los propósitos que defendió su partido hace unas semanas en cuanto al fin de la escuela gratuita para los hijos de inmigrantes en situación irregular, formará parte de los «144 compromisos». Sin embargo, éste será uno de los puntos a concretar hoy, pues Philippot mencionó tan sólo por encima que los extranjeros no recibirán los mismos servicios que el resto de franceses, «al menos, durante un año o dos». Marine Le Pen, que se mantiene en el primer puesto como favorita en la carrera al Elíseo pese a las subidas y bajadas continuas del resto de candidatos, adelantó otras medidas cuando se le preguntó por sus primeros 100 días en la presidencia. En la reforma constitucional se incluirían también la prohibición del comunitarismo, la reducción de diputados (de 577 a 300) y senadores (de 348 a 200), establecer la proporcionalidad integral en la Asamblea Nacional actualmente se trata de un escrutinio uninominal a dos vueltas, con un mínimo requerido de 12,5% de apoyos en la segunda vuelta, o suprimir el capítulo de la Unión Europea. En el plano económico, Le Pen quiere un impuesto del 3% en la importación de bienes y servicios. «Después, iré inmediatamente a Bruselas para lanzar la negociación sobre la recuperación de las cuatro soberanías: monetaria, legislativa, presupuestaria y territorial. Y seis meses después de mi elección, organizaré un referéndum sobre la salida de la Unión Europea», añadió la ultraderechista, que indicó que «aconsejaría» a los franceses a votar a favor del Frexit de no alcanzar pactos favorables con los socios europeos. Así comienza una campaña basada en el proteccionismo con esa herramienta del miedo que el FN ha sabido explotar en los últimos años, principalmente gracias a atentados terroristas como el que el viernes sacudió París en uno de sus centros culturales neurálgicos, el Louvre. A pesar del ruido mediático que causan cada una de sus intervenciones, durante el último año el partido ha tratado de mantener cierta distancia para no quemarse de cara a las elecciones. Ahora, que la fecha se acerca, a Le Pen le salpican sus problemas legales de los que, como el resto de candidatos, deberá dar cuentas. Esta semana rechazó devolver al Parlamento Europeo los 300.000 euros que debe por una falsa contratación. Este miércoles, en un acto público, un periodista trató de interrogarle al respecto, pero su guardaespaldas, Thierry Legier, lo sacó a empujones de la sala. Por cierto, a él también lo tenía contratado como asistente europarlamentario.