JOSÉ BEJARANO – 21/03/2006

Nuadibu. Enviado especial

Próxima estación, Saint Louis. Todavía dista mucho de estar controlada la salida de piraguas desde Mauritania y ya se adivina el siguiente punto desde el que zarparán pronto los barcos, Senegal. Desde Saint Louis, más de 800 kilómetros al sur de Nuadibu, han salido algunas piraguas que hacían escala en la costa mauritana para repostar. Si fuese en línea recta tendrían que recorrer por mar unos 1.200 kilómetros hasta Canarias. Lo harán. Ya han puesto los ojos en piraguas que tienen 20 metros de eslora (las actuales son de 10 o 12) capaces de trasladar a 20 marineros para faenar y una tonelada y media de pescado.

Senegal es el paraíso de las piraguas. En la zona, los senegaleses tienen fama de ser los mejores constructores de estas embarcaciones y manejarlas como nadie. Si parten de Mauritania es por la menor distancia que tienen que recorrer hasta poner proa a Canarias. Al principio desde Nuadibu, costeaban Marruecos hasta El Aaiún y después salían a mar abierto en busca de las islas. Pero pronto Marruecos les cerró sus aguas y eso obligó a salir desde Mauritania directamente al mar abierto, rumbo oeste, bastante lejos para que después el viento les empujara hacia el interior y dar con Canarias. La travesía es así mucho más larga y peligrosa porque les impide buscar refugio en alguna bahía cuando les sorprende un temporal y se quedan sin combustible. Por eso hay ahora tantos muertos, aseguran.

Las piraguas continúan saliendo de Nuadibu. Tres de la madrugada de ayer según los pescadores, una de ellas con ochenta pasajeros, no por falta de medios de control de la Marina mauritana, sino todo lo contrario. Salen porque pagan a los gendarmes un peaje de 400.000 uguiyas, unos 1.400 euros. La corrupción, no sólo la falta de medios, es la clave para el control de la salida de emigrantes. No hace mucho cambiaron al jefe de los gendarmes del puerto por corrupción y todo el mundo coincide en que el pago de mordidas sigue vigente. Lo curioso es que la tarifa de las 400.000 uguiyas la saben hasta los niños.

La corrupción no se queda en las fuerzas armadas, sino que impregna a casi todo el que se mueve en torno a los puertos. Muchas veces con resultados dramáticos. Es frecuente que los pescadores vendan su piragua a los emigrantes y acto seguido vayan a denunciar que se la han robado. Aquella misma noche, un comunicante anónimo llamará a la gendarmería para delatar a los que preparan la salida hacia Canarias. De esa forma, el pescador recupera su barco. El caso más extraño ocurrió en un barco largo tiempo averiado en el puerto. Un desaprensivo cobró el pasaje a un grupo de emigrantes para llevarlos a Canarias. Una vez reunidos en la bodega del barco desahuciado, les cerró las compuertas y se quitó de en medio. Por suerte para ellos, dos días más tarde alguien oyó los golpes y fueron rescatados.

El Ministerio de Defensa envió, ayer, dos Hércules C – 130 cargados con material y un C – 295 con un equipo de 30 ingenieros para instalar un campamento en la costa que albergue a los inmigrantes repatriados desde las islas Canarias. Asimismo, este archipiélago está habilitando tres nuevos centros, que suman 1.850 plazas, para poder acoger a los inmigrantes que han llegado, informa Silvia Fernández.