El Libro Blanco del 'Brexit' no blanquea nada

Documenta algunos asuntos pero no va más allá. No ofrece, como cabía esperarse, la consideración de las diversas opciones para que no haya en Irlanda una nueva frontera europea

El Correo, iñigo gurruchaga, 02-02-2017

La publicación digital ha evitado hoy una crisis de Gobierno. Los ejemplares del Libro Blanco del Gobierno británico, en el que se detallan los objetivos del ‘Brexit’, se agotaron en el Parlamento. Pero los apasionados por esta tragicomedia británica podían descargar su ejemplar digital de la página del Gobierno. Son 77 páginas, con estampitas y el dodecálogo.

Vestida con un traje de Vivienne Westwood, tela escocesa y corte tan amplio como el de los pantalones de los payasos, la primera ministra Theresa May fue hace quince días a Lancaster House, una mansión para usos diplomáticos cerca de Buckingham Palace, y leyó sus doce puntos sobre el futuro del ‘Brexit’. La gente murmura que los adelantó a la City unos días antes, para que cayera entonces la libra y no mientras ella hablaba.

Han pasado más días de esta obsesión europea y hace un rato David Davis, el ministro para la Marcha de la UE, ha leído, con una voz afónica que se va descuartizando a medida que él nos describe cómo avanzamos hacia algún clímax, una declaración para presenta el dodecálogo de May en letra grande y con muchos blancos en el diseño. La clave de estos documentos es que luzcan importantes y que los redactores lleguen al final de alguna manera.

«Esta declaración no dice nada», le ha reprochado a Davis el laborista Keir Starmer, agravando su tono en la disputa, tras la rendición general de sus filas, ayer, ante las tropas del ‘Brexit’, que aprobaron el proyecto de ley para iniciarlo con aplastante mayoría. No dice nada nuevo, es verdad. No avanza en los detalles, porque el Gobierno británico dice que es necesario guardar el mayor secreto posible sobre la estrategia negociadora.

El Libro Blanco confirma que Reino Unido quiere quedar fuera del mercado único, pero que algunos sectores, como la City financiera o el automóvil, permanezcan en la unión aduanera. Esa es la consecuencia de dar prioridad al control de la inmigración y a terminar con la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE. Londres quiere crear un nuevo mecanismo mixto de resolución de disputas.

El Libro Blanco documenta algunos asuntos pero no va más allá. No ofrece, como cabía esperarse, la consideración de las diversas opciones para que no haya en Irlanda una nueva frontera europea. El documento del Gobierno simplemente señala la importancia de que no haya frontera, la magnitud de las relaciones comerciales entre las dos Irlandas… lo que ya se sabía.

Este es el último documento del Gobierno, publicado un día después de su voto sobre el inicio del ‘Brexit’, para escarnio de los diputados de la Cámara de los Comunes. David ha prometido otro libro blanco, sobre la ley de la Gran Derogación. Es uno de los nombres más ocurrentes que puedan concebirse para la ley que incorporará en el cuerpo legislativo británico toda la legislación europea tras el acuerdo sobre el ‘Brexit’.

Es el gran elefante que espera sentado en el saloncito mientras el Gobierno se afana en la cocina. Cuarenta años de leyes y directivas quedarán en el limbo en el momento del ‘Brexit’. El vacío legal sería inmenso, causaría el caos. El Gobierno quiere adelantar ahora más información sobre esa ley que incorporará toda la legislación europea, señalando qué queda y qué se elimina, qué ente supervisa ahora esto o aquello. Ese libro blanco será más interesante que el publicado hoy, pero los dos reflejan la hondura de la gran introspección británica.

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