Un grupo de 81 senegaleses desaparece en la frontera entre Marruecos y Mauritania

Las autoridades españolas preparan alguna repatriación "ejemplar" que frene la psicosis por zarpar en Nuadibu

La Vanguardia, 20-03-2006

Kandahar, le llaman a una franja de varios kilómetros de ancho en el desierto entre Marruecos y Mauritania. Tierra de nadie sembrada de minas por la guerra entre Marruecos y el Polisario. Aun lado de Kandahar, el muro de la frontera levantado por Marruecos para rechazar los ataques del Polisario; al otro, la frontera mauritana, cuya única señal es un puesto fronterizo perdido en medio de una planicie inmensa azotada por un viento cargado de arena. Un grupo de 81 senegaleses estuvo toda la mañana de ayer vagando en busca de socorro por esas tierras plagadas de minas. Las organizaciones de ayuda humanitaria no acudieron en su ayuda y a primera hora de la tarde el grupo desapareció como tragado por la tierra.
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Los 81 senegaleses habían sido localizados a bordo de dos piraguas la tarde del sábado en aguas de Marruecos. Conducidos a tierra, la gendarmería les expulsó por tierra hacia Mauritania. Cuando llegaron al puesto fronterizo mauritano, las autoridades no quisieron hacerse cargo de ellos porque no habían pasado por su territorio antes de llegar a Marruecos. La misma historia que el otoño pasado con los deportados al desierto procedentes de Melilla. Pero esta vez no estaban allí las organizaciones humanitarias para denunciarlo. Durante toda la mañana, representantes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja negociaron con el gobernador de Nuadibu para que aceptara la entrada del grupo o, de lo contrario, dijeron, saldrían en su busca para llevarles comida y agua. Finalmente, nadie lo hizo.
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Según los policías de la gendarmería mauritana, al verse rechazados, los emigrantes emprendieron el camino de vuelta a Marruecos. La franja entre los dos países tiene en esa parte una anchura de tres kilómetros surcada por un único camino de tierra del que conviene no salirse porque el resto del territorio está minado. Los emigrantes sólo podían estar en algún punto de ese camino. Pero a media mañana ya no estaban, la policía del puesto marroquí se negaba a dar razón de lo ocurrido con el grupo y cerró el paso a su territorio a los periodistas.
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El cielo estaba plomizo y soplaba en la zona fuerte viento del norte que arrastraba abundante arena del desierto. En Nuadibu, las autoridades se negaron a aceptar a los emigrantes argumentando que las embarcaciones venían cargadas desde Senegal, navegaron en paralelo a la costa de su país (más de 600 kilómetros) y fueron descubiertas ya en aguas de Marruecos. El representante de la Media Luna Roja en Nuadibu, Ahmedu Uld Haya, informó de que el grupo había vuelto a la frontera marroquí y de que probablemente estaban atendidos. Marruecos ni confirmó ni desmintió.
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Pese al mal tiempo reinante, según algunas fuentes, la madrugada de ayer dos piraguas salieron de las proximidades de Nuadibu. Las olas eran de cinco metros y eso debería ser motivo suficiente para desistir de echarse a la mar. Pero entre los jóvenes la psicosis de zarpar cuanto antes hacia Canarias no para de aumentar. Por un lado, para aprovechar la expectación existente y, por otro, porque están hipnotizados por las reiteradas informaciones sobre el tema que ven en las televisiones. De ahí la urgencia de las autoridades españolas para organizar una repatriación “ejemplarizante” desde Canarias a Nuadibu.
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Lo previsto es que hoy o mañana lleguen a la ciudad mauritana unos 170 emigrantes procedentes de Las Palmas. La devolución se ha retrasado hasta que todo estuviera organizado y los emigrantes tengan adecuada ayuda humanitaria. No quieren que se repitan otra vez las imágenes de Marruecos el pasado otoño. En las comisarías de Nuadibu permanecían ayer 140 detenidos, aunque es posible que por la noche saliera alguna expedición, como ocurrió la noche del sábado, rumbo a Nuakchot, la capital de Mauritania, y de allí a sus países de origen. En Canarias quedan unos 2.200 inmigrantes, la mayor parte de los cuales serán enviados a la Península y 170 serán devueltos a Mauritania.
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