Una hora al teléfono por el muro

Trump y Peña Nieto pactan una tregua de declaraciones públicas sobre la frontera tras una charla «constructiva y productiva»

Diario Sur, MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO , 28-01-2017

Donald Trump y Enrique Peña Nieto le dieron ayer una tregua a los dedos utilizados para la guerra de tuits, que en cuestión de horas colocaron las relaciones bilaterales en su peor momento a cuenta del muro fronterizo y las políticas migratorias. Ambos mandatarios conversaron por teléfono durante una hora de manera «constructiva y productiva», acordaron «no hablar públicamente» del espinoso asunto y trabajar juntos para detener el tráfico de drogas y el flujo ilegal de armas. «Tuvimos una conversación muy buena. He tenido una posición muy fuerte con México. Tengo un gran respeto por México. Pero, como ustedes saben, con nuestros últimos líderes México nos ha aplastado. Nos han hecho ver como unos tontos», explicó Trump.

El mandatario estadounidenses quiere resarcirse cargando con un 20 % las importaciones mexicanas, que servirían para costear el muro. Además, aún piensa en otras formulas, sin precisar, para satisfacer ese mismo fin. Ayer, antes de la llamada, el Trump reiteró su tesis de que México «se ha aprovechado de Estados Unidos durante demasiado tiempo».

El nuevo presidente estadounidense, que el jueves vio, después de sugerirlo, cómo el mandatario mexicano cancelaba una visita oficial del próximo martes, insistió en lo que los mexicanos ven como ofensas. «Acordamos cancelar la reunión que teníamos planeada. Y a menos de que México esté dispuesto a dar un trato justo y respetuoso a Estados Unidos, dicha reunión no será fructífera, y en ese caso quiero tomar un camino distinto. No nos queda otra alternativa», escribió en Twitter por la tarde.

Otro importante empresario, pero mexicano, que encabeza la lista de Forbes de los más ricos del mundo, Carlos Slim, celebró la unidad de su país ante Trump. En una rueda de prensa dijo que la situación y circunstancias de Estados Unidos son muy favorables para México. Además indicó que la forma de gobernar y hacer política del nuevo inquilino de la Casa Blanca «representa un retroceso», pues «pensar en regresar al pasado glorioso de la industria americana no funciona, van de regreso al pasado».

Lo cierto es que la relación entre Estados Unidos y México es compleja. Para la nación al sur del río Grande, el vecino del norte es el socio que recibe el 80 % de sus exportaciones. Ante el nuevo escenario, quizá siga la recomendación de Evo Morales de «mirar al Sur».

Y la situación fronteriza aún es más complicada. La mayoría de los once millones de ilegales se localizan a lo largo de los 3.300 kilómetros de frontera común y en ciudades que Trump define como «santuarios», porque sus autoridades no persiguen a los inmigrantes como Los Ángeles, San Francisco, Seattle, Chicago, Boston, Filadelfia y Washington D.C. De ellos, 5,8 millones son sudamericanos, 1,7 mexicanos, 650.000 son centroamericanos y 425.000 proceden del Caribe.

La conversación ha tranquilizado al nuevo ministro de Exteriores Luis Videgaray Caso, que veía cómo se le escapaba de las manos la situación. Al menos la cancelación de la visita de Peña Nieto puede tener un lado bueno: retrasar la renegociación del Acuerdo de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), que es uno de los objetivos prioritarios de Trump.

Y mientras la política seguía su cauce, se abrió otra nueva polémica porque la revista ‘Vanity Fair’ México dedicó su portada a Melania Trump. En el reportaje, pautado dos meses atrás, se cuenta el oscuro pasado de su familia y sus planes de ser una primera dama a lo Jackie Kennedy.

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