Donald Trump pretende crear “zonas seguras” para
refugiados sirios dentro del propio país. Así lo dijo en su entrevista para la cadena ABC y así aparece en el borrador del decreto llamado “Protegiendo a la nación de ataques terroristas de extranjeros”. En ese proyecto de decreto, del que se anunció que sería firmado por el presidente esta misma semana, se suspenden los visados a ciudadanos de países musulmanes.

Aunque la lista de países no se ha dado a conocer oficialmente, funcionarios de Washington han filtrado que se trataría de Iraq, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Durante esa suspensión, y en un periodo de 120 días, según la Sección 5 del texto, la política de admisión de refugiados será revisada.

El sexto punto del proyecto señala que con la intención de cesar en el proceso de registro de nacionales sirios, el secretario de Estado, en conjunción con el secretario de Defensa, tendrá que presentar en un plazo de 90 días un plan para “proveer de zonas seguras en siria y la región circundante en la que los nacionales sirios desplazados puedan aguardar a ser finalmente asentados, sea en una repatriación un potencial reasentamiento en un tercer país”.

Así, con la mención explícita a un “tercer país”, el texto revela claramente que la Administración Trump no tiene intención de admitir refugiados sirios. En su entrevista para la ABC, Trump dijo que la Unión Europea cometió un error al admitir refugiados de Siria y otros países de Oriente Medio y que “no quiero que esto ocurra aquí” en Estados Unidos.

Ni el texto del proyecto ni el propio Trump aclaran nada de cómo esa “zona segura” se llevaría a cabo. Para que fuera efectivamente segura tendría que estar defendida, y esto sin duda devolverá al debate la vieja idea de una “zona de exclusión aérea” tal como la demandó Turquía desde el inicio de la guerra siria, hace seis años.

La situación “sobre el terreno” ha cambiado desde entonces pero el plan de Trump podría sugerir una implicación aún más directa de EE.UU. en Siria. Así, Rusia ha reaccionado con cautela al respecto. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha dicho esta mañana en conferencia de prensa que “hay que valorar todas las posibles consecuencias” de esta medida y que Washington no la ha consultado con Moscú. “Es importante no exacerbar la situación con los refugiados”, añadió Peskov.