donostia – El drama, la tensión y el miedo se dieron cita a primera hora de ayer en el número 19 de la calle Iñigo de Loiola de Irun, donde un hombre de mediana edad y de nacionalidad guineana que iba a ser desahuciado se atrincheró junto a su madre, una anciana, y sus hijos, amenazando con hacer explotar una bombona de butano. Afortunadamente, tras más de dos horas de negociación, el varón desistió de su actitud y no hubo que lamentar daños personales ni materiales.

Los hechos se desencadenaron sobre las 8.40 horas cuando, por requerimiento judicial del Ayuntamiento de Irun, una patrulla de la Er – tzaintza acompañó al secretario judicial a ejecutar un desahucio, tal y como suele hacerse habitualmente en este tipo de casos.

El varón que iba a ser desahuciado se atrincheró entonces en el domicilio junto a una mujer de edad avanzada, que posteriormente se supo que era su madre, y amenazó con explotar una bombona de butano, por lo que se montó un dispositivo en el lugar y se procedió a desalojar el portal en el que reside este hombre, el número 19 de la calle Iñigo de Loiola, así como el colindante, el número 21.

Recursos de bomberos se trasladaron al lugar, así como personal de los servicios sociales del Ayuntamiento irundarra y negociadores de la Er – tzaintza. Estos últimos consiguieron, tras más de dos horas de conversaciones, que el varón atrincherado abriera la puerta y terminase con la amenaza.

El hombre fue detenido por un presunto delito de desobediencia grave a los agentes y la situación se normalizó sobre las 11.30 horas.

realojamiento de urgencia Tras conocer el suceso, el Ayuntamiento de Irun intervino para alojar de urgencia en una pensión a la familia afectada. Según detalló el Consistorio, “desde mañana mismo – en referencia a hoy – , una trabajadora social se ocupará del acompañamiento a esta familia, que estará alojada de urgencia en la pensión y con la que se quiere, de forma inminente, actuar para poder regularizar el problema de vivienda surgido”.

Según ha podido saber este periódico, los servicios sociales municipales ya trabajaban con esta familia dada su delicada situación económica, si bien no tenían conocimiento de que fueran a ser desahuciados de forma inminente. Tampoco estaba al tanto de la situación la plataforma Stop Desahucios Bidasoa, que confirmó que la familia “no ha recurrido en busca de apoyo o consejo ante la inminencia de su desalojo ni a los servicios sociales ni a la propia plataforma”. Asimismo, según Ramón Muñoz, uno de los portavoces de esta plataforma, “este caso no había sido tratado en la mesa de coordinación que tienen Consistorio y Stop Desahucios” para abordar este tipo de situaciones, si bien reconoció que en la misma suelen tratarse los alzamientos de viviendas “en propiedad”, mientras que esta familia se encontraba en régimen de alquiler. – N.G.