El «Esperanza del Mar» devuelve a tierra el drama de la inmigración
ABC, 18-03-2006
TEXTO: ERENA CALVO FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO QUEVEDO
LAS PALMAS. Nueve de la mañana, hora insular. El «Esperanza del Mar» atraca en el muelle Primo de Rivera del Puerto de La Luz y de Las Palmas, en la capital grancanaria. En su interior yacen los cuerpos sin vida de 25 inmigrantes que vieron frustrado su «viaje» 400 millas antes de alcanzar su meta, el archipiélago canario. El buque hospital, que presta atención médica a los pescadores que faenan en el caladero mauritano, recuperó sus cadáveres entre la noche del martes y la tarde del miércoles, después de que un pesquero que vio los cadáveres flotando a 40 millas de Cabo Blanco, diese la voz de alarma. Allí, en un punto muy próximo a Nuadibú, naufragó el cayuco con el que esperaban llegar a un «mundo», para ellos, repleto de nuevas y prósperas oportunidades. En lo que va de año, ya son 70 las personas fallecidas en su travesía hacia Canarias.
Nueve y cuarto de la mañana. La titular del Juzgado número 8 de Las Palmas de Gran Canaria, María Victoria Rossell, ordena el levantamiento de los cadáveres. Después de ese momento, los operarios encargados de proceder al desembarco comienzan con una larga procesión de cuerpos que, uno a uno, son introducidos en los furgones que los trasladarán hasta el Instituto Anatómico Forense de Las Palmas de Gran Canaria, donde se les practicará la autopsia, según informaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias. Una vez realizada la autopsia, será la jueza que instruye el caso la que decidirá su inhumación.
Diez y media de la mañana. Más de una hora después de iniciarse el desembarco, y después de haber cubierto las plazas de cuatro furgones, continúa el desfile de cadáveres. Sí, se les practicará la autopsia. Pero será «prácticamente imposible» conocer su procedencia. Llevan «varios días» flotando en el océano, y ello imposibilita esta tarea. Lo dice alguien que sabe mucho del tema: el Cónsul de la República de Senegal, Alberto Van Bocilel, que se ha acercado al muelle «solidarizándose» con la situación. Tampoco es del todo imposible. «Hace algunos años se comprobó que algunos inmigrantes fallecidos en las mismas condiciones eran senegaleses, por las huellas dactilares».
Un centenar de llegadas más
No todo son malas noticias. Cerca de un centenar de inmigrantes lograron alcanzar las costas canarias ayer sin tener que lamentar más pérdidas humanas. Con ellos, se alcanza ya la cifra de más de 800 extranjeros irregulares llegados al archipiélago en la última semana. Casi 3.000 en estos tres primeros meses de 2006.
Gran Canaria y Tenerife fueron de nuevo los destinos de estos 94 subsaharianos. Un grupo de 50 alcanzó la isla redonda a bordo de un cayuco, y una patera trasladó hasta Tenerife a otros 44. En el caso de Gran Canaria, tuvieron que ser subidos a bordo de una patrullera de la Guardia Civil por motivos de seguridad. Las adversas condiciones marítimas de la zona hicieron temer a los agentes por sus vidas, y decidieron alcanzarlos hasta la costa a bordo de la «Río Guadalupe».
Toda precaución es poca. Según las estimaciones de la Media Luna Roja, más de 1.300 personas podrían haber perecido en aguas próximas a Mauritania desde el pasado noviembre.
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