Un avión con 25 afganos a bordo aterrizó hoy en Kabul procedente de Alemania, en lo que supone la segunda deportación en grupo de peticionarios de asilo del país centroasiático cuyas demandas han sido rechazadas, confirmó hoy el Ministerio germano del Interior.

Entre los deportados, todos hombres, había siete delincuentes, precisa un comunicado ministerial, que agrega que en las medidas de expulsión participaron los estados federados de Hamburgo (norte de Alemania), Renania-Palatinado (oeste) y Baviera y Baden-Württemberg, en el sur.

La operación contó con el apoyo de 79 agentes de la policía federal especializados en deportaciones, un traductor, médicos, tres miembros del Comité contra la Tortura y un representante de la agencia europea para la protección de fronteras Frontex, precisa.

Según el departamento de Interior, esta deportación en grupo se llevó a cabo en cooperación con las autoridades afganas, en base al acuerdo alcanzado con Kabul el 2 de octubre de 2016 en materia de inmigración y conforme a la cual se han establecido “normas fiables para el regreso de nacionales afganos” a su país de origen.

La expulsión transcurrió “de forma tranquila y pacífica” y el avión despegó del aeropuerto alemán de Fráncfort casi puntual hacia las 20.40 hora local de ayer (19.40 GMT), explicó una observadora a la cadena pública regional NDR.

Antes de la salida del aparato, unas 250 personas participaron en una acción de protesta en el aeropuerto convocada por las ONG Afghan Refugees Movement y Pro Asyl, según estimaciones de los propios organizadores.

“Protestamos en contra de expulsiones a un país como Afganistán”. señaló Sarmina Stuman, de Afghan Refugees Movement, mientras que el secretario general de Pro Asyl, Günter Burkhardt, habló de “ruleta rusa”, al referirse a la situación a la que se ven expuestos los que deben regresar.

También el titular del Interior del estado federado de Schleswig-Holstein, el socialdemócrata Stefan Studt, se pronunció en contra de las deportaciones.

En declaraciones a la red de medios Redaktionsnetzwerk Deutschland, afirmó que los afganos no tienen garantizado un regreso “digno y seguro” a su país de origen.

El ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, había anunciado después de la primera deportación en grupo de 34 afganos a mediados del pasado diciembre que en un futuro se producirían regularmente acciones de este tipo en coordinación con los estados federados.

En una entrevista ayer a la cadena pública regional WDR en la que respondió a preguntas enviadas principalmente por peticionarios de asilo, el titular defendió la expulsión a Afganistán de aquellos a quienes les ha sido denegado el derecho de asilo y calificó esa medida de “correcta y responsable”.

“El hecho de que no se llevaran a cabo expulsiones a Afganistán cuando la cuota de peticiones de asilo denegadas es del 50 % no está bien”, dijo.

El ministro aseguró que nadie tiene que estar preocupado por que Alemania se vaya a abordar de manera irresponsable el tema de las expulsiones y subrayó que estas sólo se llevan a cabo hacia regiones consideradas seguras.

Actualmente residen en Alemania 11.900 afganos cuyo derecho de asilo ha sido denegado, pero a quienes se les permite permanecer en el país, mientras que más de 3.300 regresaron voluntariamente a Afganistán en 2016, según el departamento de Interior.