Detienen a 297 rumanos que formaban una red criminal de grupos mafiosos
Deia, 18-03-2006Una operación «sin precedentes», según el ministro del Interior, José Antonio Alonso, y llevada a cabo de forma conjunta con Rumanía ha permitido desarticular en el Estado español una red de delincuencia organizada, dedicada principalmente a los robos en domicilios, con la detención de 297 personas de nacionalidad rumana.
Se trata, según la Dirección General de la Policía, de la mayor operación policial realizada hasta la fecha contra una organización de delincuentes extranjeros desarrollada conjuntamente por dos países europeos.
Los detenidos, de los que 283 han sido arrestados en el Estado español, mientras que los otros 14 fueron detenidos en Rumanía, operaban en Valencia, Almería, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Castellón, Palma de Mallorca, Madrid, Santander, Málaga y Toledo.
Según el ministro, los detenidos integran una organización «criminal» formada por «grupos mafiosos, que configuran una red o estructura interconectada» con ramificaciones en el resto de Europa.
Resta por localizar y detener en Rumanía y otros países europeos a los cabecillas de la organización, aunque su máximo dirigente en el Estado, según la Policía, ha sido detenido. Se trata de Iorgu I, alias “Talanu”, y junto a él caído sus principales colaboradores. Algunos de ellos se encontraban cumpliendo condena en prisiones estatales.
En la operación, se han efectuado numerosos registros domiciliarios en ambos países, en los que se han intervenido lectores de tarjetas, ordenadores y material informático para la falsificación y clonación de tarjetas de crédito, importantes cantidades de dinero, documentos, cámaras de vídeo, una escopeta de cañones recortados, una pistola de gas y cuatro kilos y medio en joyas de oro, entre otros efectos.
A los detenidos, en la denominada “Operación Braila”, se les acusa de delitos de robo con fuerza en domicilios, fraude con medios de pago, tráfico de estupefacientes, falsificación de documentos, delitos relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y asociación ilícita.
Los integrantes de estas bandas organizadas se habían especializado en la falsificación de tarjetas de crédito, lo que les permitía llevar a cabo fraudulentamente compras de artículos en diferentes establecimientos de o la extracción de dinero en efectivo en cajeros automáticos de oficinas bancarias.
La información inicial procedió en 2005 de la Embajada Rumanía, señalando a un grupo de delincuentes dedicados al robo de camiones. Cuando la banda intentó perpetrar otro de estos robos, la Policía lo impidió y las detenciones que se practicaron sirvieron para comenzar a tirar del hilo.
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