La UE castiga con su indiferencia a May
El presidente de la Comisión advierte a Londres de que un discurso de la 'premier' no equivale a iniciar las negociaciones del 'Brexit'
Diario Sur, , 19-01-2017bruselas. Será la partida de ajedrez del siglo y el martes, Reino Unido hizo un movimiento de calado en el alambicado tablero del ‘Brexit’. Sí, será duro, feroz. La primera ministra, Theresa May, confirmó que ‘Brexit’ es ‘Brexit’, que no habrá medias tintas, que no quieren someterse al Tribunal de Justicia de la UE, que prefieren irse del mercado único y la unión aduanera para poder controlar quién entra en su casa y para qué. Para muchos, fue una declaración de guerra, un órdago en toda regla insinuando que la UE tiene casi todas las de perder y amenazando, incluso, con crear una suerte de paraíso fiscal. Reino Unido movió ficha el martes. Ayer, le tocaba a Europa y lo hizo, por sorpresa, castigando a May con su indiferencia basando su estrategia en el castizo «no hay mayor desprecio que no hacer aprecio», como desveló a este periódico una alta fuente europea. La partida del siglo no ha hecho más que comenzar.
Lo llaman ‘the chicken game’, algo así como el juego de la gallina. Ya saben, dos coches, un precipicio y a ver quién es el valiente que frena el último. El problema es que muchas veces, el vencedor no es capaz de contarlo. Ocurrió con el órdago de la Grecia de Alexis Tsipras y la cosa acabó como acabó. El ambiente es muy parecido al de entonces, pero ahora, la UE tiene mucho que perder… «Aunque muchísimo menos que Reino Unido», como insisten fuentes diplomáticas, que enmarcan las palabras de May como parte de «la teatralización de la negociación».
Si en Londres esperaban que la plana mayor de las instituciones comunitarias saliera en tromba contestando al discurso de May, se equivocaron de pleno. El día, eso sí, era el propicio porque el Parlamento Europeo acogía dos debates de calado en su sesión de Estrasburgo. El primero, sobre las prioridades de la presidencia de turno de Malta, y el segundo, sobre la última cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada a mediados de diciembre. Hablaron los presidentes de la Comisión, Jean – Claude Juncker, del Consejo, Donald Tusk, y el primer ministro maltés, Joseph Muscat, pero en ninguno de los tres casos se pronunció una palabra más alta que otra. Todo lo contrario.
La sorpresa llegó cuando Juncker tomó la palabra y dedicó apenas 30 segundos de su intervención para hablar del ‘Brexit’. «Tomo nota del discurso de la primera ministra británica, pero un discurso por sí solo no lanza las negociaciones. En cuanto se active el artículo 50 (del Tratado de Lisboa) habrá negociación que durará hasta dos años y tendrá consecuencias de envergadura para todos. Haré todo lo que esté en mi mano para que la negociación sea equilibrada y respete integralmente nuestras normas». Hasta aquí.
Luego, en una rueda de prensa protagonizada por Muscat y el nuevo presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, mantuvo la misma estrategia aunque sí reconoció que las negociaciones serán «muy, muy, muy difíciles». «Reino Unido tendrá que ser considerado como un tercer país. No estoy acostumbrado a expresarme en estos términos, no me gusta, pero esta es la situación en la que estamos», recalcó antes de subrayar que no mantienen una posición «hostil». «Queremos un acuerdo justo para Reino Unido, pero también un acuerdo justo para la UE», zanjó.
Mejor Churchill que Trump
También se esperaba mucho de la intervención de Donald Tusk pero al final se felicitó de que, por fin, Reino Unido haya puesto sus cartas sobre la mesa para saber a qué se atiene cada una de las partes. «El discurso de May demuestra que la posición unificada de 27 Estados miembros sobre la indivisibilidad del mercado único fue finalmente entendida y aceptada por Londres», señaló antes de advertir de que no aceptarán «tácticas» que busquen una relación a la carta para aprovecharse de las ventajas y eludir las obligaciones.
No obstante, concluyó tendiendo la mano a los británicos alabando el tono del discurso, que incluyó frases como «queremos salir de la UE pero no de Europa». «Fueron palabras equilibradas, cálidas sobre la integración europea, que se acercaron mucho más al enfoque del Winston Churchill que al del presidente electo Trump», manifestó Tusk, que aprovechó la ocasión para lanzar un dardo al otro lado del Atlántico tras las duras críticas vertidas por el líder republicano esta semana.
Muscat, por su parte, reiteró que cualquier acuerdo futuro con Reino Unido «no pude ser equivalente a ser miembro de la UE. Debe ser inferior. Pensar que podría ser de otra manera es alejarse de la realidad». El maltés también ve la botella medio llena al asegurar que Londres ha entendido que las cuatro libertades de circulación (personas, capitales, bienes y servicios) son indivisibles. «Hubiera sido peor – matizó – que dijesen ‘queremos controlar la inmigración pero seguir en el mercado único’». «La unidad es a 27 es total», ensalzó.
La partida continúa…
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