Un chaleco salvavidas para el nuevo presidente del Parlamento Europeo

La Vanguardia, Félix Flores, 18-01-2017

El nuevo presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, recibió ayer martes sus primeros regalos: un chaleco salvavidas – falso, inútil – que fue portado por una niña siria y una brújula recuperada de un barco de refugiados. Se los entregó en Estrasburgo el presidente de la oenegé ProActiva Open Arms, Óscar Camps, pero iban acompañados de una petición, un decálogo de medidas que la Unión Europea debería tomar hacia los refugiados.

“Hemos roto la burbuja en que viven los eurodiputados”, señaló la portavoz de ProActiva, Laura Lanuza. La oenegé, explicó, fue apoyada en esa ruptura de la burbuja por los eurodiputados Maite Pagazaurtundúa (UPYD) y Ernest Urtasun (ICV – EUiA), que le facilitaron el encuentro con los candidatos a presidir la Eurocámara la víspera de la elección. El conservador Tajani fue obtuvo 351 votos frente al socialista Gianni Pittela (282) gracias nada menos que a los euroescépticos.

Óscar Camps afirma que encontró a Tajani “receptivo” y que este conocía la oenegé, galardonada con Premio Ciudadano Europeo de la Eurocámara por defender los valores constitucionales de la Unión Europea. El chaleco y el compás encerraban sendos mensajes. El chaleco procedía de Lesbos y lo había llevado una niña siria de 11 años; el mensaje dice que “si no los podemos traer a todos a Europa, al menos deberíamos protegerles”, aludiendo al hecho de que Turquía, donde los traficantes endosan esos chalecos falsos a los que intentan huir, no es un país seguro. La brújula fue enviada por el equipo de la oenegé que actúa en el Mediterránea central y propone a los europeos “un cambio de rumbo” respecto a la política de inmigración.

El decálogo entregado por Camps reclama, entre otras cosas,”la transparencia en cualquier instrumento de gestión de la migración” y “las reediciones de cuentas de todas las violaciones de derechos humanos, resultado de las políticas de migraciones, con la vinculación del Defensor del Pueblo Europeo”. Además, pide que “se garantice la seguridad de los solicitantes de asilo en suelo europeo, y unas condiciones de vida dignas”.

“Le dije al presidente de la Eurocámara que tiene una gran responsabilidad, pero también una gran oportunidad. Le invitamos a venir a Malta – donde el buque de la oenegé desembarca a las personas rescatadas – ; le dije venga con nosotros un día, o si no puede, mande una delegación”. Así, otra de las peticiones señala que “el presidente del PE debe asegurar y luchar para que el Parlamento Europeo haga un exhaustivo escrutinio sobre todos los nuevos acuerdos que se están realizando con terceros países y donde, mediante ayuda al desarrollo, se está externalizando la gestión de las fronteras”.

Camps, a propósito de la “burbuja”, señala que en realidad en la Eurocámara “se sigue pensando en Frontex”, un operativo europeo cuya misión no es precisamente la del rescate marítimo y se desconoce la tragedia del Mediterráneo central y el Egeo. “Hubo quien lloró al ver las fotos y los vídeos”.

Los informes que proceden de la operación Sofía, destinada a frenar el tráfico de personas, tienen muy poco o nada que ver con los naufragios y con los rescates, que efectúan organizaciones como ProActiva y no las embarcaciones militares que patrullan la zona.

ProActiva Open Arms tiene dos misiones en la actualidad: en Lesbos, en el mar Egeo, donde ha salvado más de 10.000 vidas, y en el Mediterráneo central, donde han salvado 15.000 vidas desde junio del 2016. El nuevo barco de la oenegé catalana, el Golfo Azzurro –que ha sido alquilado mientras se repara el Astral y tiene más capacidad que este velero – partió a finales de diciembre de Malta en dirección a Libia, a la llamada zona SAR, de salvamento marítimo. “Hemos llegado a hacer rescates a siete millas de Trípoli, veíamos los balcones de la ciudad – explica Camps – . En caso de naufragio, avisamos a los guardacostas libios y entramos; no pedimos permiso sino que avisamos. Es lo que hay que hacer y las gentes del mar los sabemos”.

Precisamente en Malta, país que acaba de asumir la presidencia rotatoria de la UE, se anunció la semana pasada la intención de la UE de pactar con las autoridades de Libia para actuar en sus aguas territoriales a fin de frenar en origen el flujo de refugiados. El problema que se plantea es doble. Por un lado, el gobierno de unidad libio amparado por la ONU no tiene ningún peso real en el país. Por otro, esta iniciativa, sumada a un pacto de Italia con ese débil gobierno remitiría a la época en que el coronel Gadafi oficiaba de policía para impedir la salida de migrantes a cambio de compensaciones económicas europeas.

Según fuentes cercanas a Bruselas citadas por la agencia Reuters, la Unión Europea espera que Italia pueda llegar a un acuerdo con Libia en materia de inmigración. Roma ha informado de que el paquete de medidas presentado ante las autoridades libias incluye la oferta de ayudarlas a controlar su frontera sur con tropas italianas.

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