España y Mauritania buscan soluciones

Un periplo sin futuro

Cerca de 200 inmigrantes más llegan a las costas canarias, ya sin centros de acogida

La Vanguardia, 17-03-2006

Defensa habilitará en Gran Canaria otro edificio militar para dar respuesta a la llegada masiva de extranjeros.
Como en Canarias no existen centros de retención, los detenidos pasan días en fríos y oscuros calabozos

SILVIA FERNÁNDEZ – 17/03/2006
Las Palmas de Gran Canaria

La llegada de inmigrantes no cesa en Canarias. Cerca de 200 personas, 176 en concreto, aunque el número podría incrementarse en las próximas horas al no haberse localizado a todos los ocupantes de una de las pateras que fue hallada vacía en tierra, arribaron a las costas de Gran Canaria y Tenerife en el día de ayer. Con estas detenciones son ya 3.283 los inmigrantes irregulares llegados al archipiélago canario desde que comenzó el año.

La oleada de pateras que sufre Canarias ha llevado a los centros de internamiento a una situación límite que ha originado la habilitación urgente de edificios militares para albergar a los inmigrantes. El miércoles se dispuso el acuartelamiento de Las Raíces, en el municipio tinerfeño de El Rosario. Inicialmente, tiene capacidad para 505 personas, según indicó ayer la Subdelegación del Gobierno en Canarias. Ciento cuarenta inmigrantes fueron trasladados ese mismo día a este edificio, que se encuentra prácticamente en ruinas. En los próximos días está previsto que sea objeto de labores de acondicionamiento: se instalarán duchas portátiles y baños químicos, puesto que los propios del edificio también están en ruinas.

Se trata de un edificio que ya fue utilizado en febrero del año 2005 como centro de acogida urgente para dar cabida a los 227 inmigrantes que llegaron a Tenerife a bordo del barco negrero Ile d´Olonne. En Gran Canaria está previsto también la habilitación de otro edificio militar, que podría ser la cárcel de La Isleta. Los cabildos solicitaron ayer ayuda del Gobierno para dar respuesta a esta situación, que supera las posibilidades que ofrecen los gobiernos insulares.

Los 176 inmigrantes que llegaron ayer a Canarias lo hicieron a bordo de cinco pateras, dos de ellas eran cayucos. Setenta y siete arribaron a Tenerife y 99 a Gran Canaria. Las embarcaciones que llegaron a esta última isla fueron detectadas la misma noche del miércoles. A las 22.50 horas era localizada la primera de ellas en la zona de Pasito Blanco (San Bartolomé de Tirajana), con 43 inmigrantes a bordo, todos ellos de origen subsahariano. A los diez minutos, en torno a las 23.00 horas, el radar detectó una segunda patera en la zona de la Playa de Amadores (Mogán).

Sin embargo, cuando la Guardia Civil acudió a la zona se encontró la embarcación sin ocupantes y empezaron las labores de búsqueda. Se detuvo entonces a dos menores de origen marroquí, mientras que el resto del pasaje continúa desaparecido. La Guardia Civil mantenía ayer un dispositivo de búsqueda en el Barranco de Tiritaña, donde se sospecha que pueden estar escondidos los inmigrantes. Finalmente, hacia las 1.20 horas llegaba al muelle de Arguineguín una tercera embarcación con un total de 33 inmigrantes de origen subsahariano, de los cuales dos eran menores de edad.

Mientras tanto, en Tenerife, una de las pateras llegaba con 37 inmigrantes al Puerto de Las Galletas, donde fue remolcada por la embarcación Punta Salinas de Salvamar. Otra, con 62 ocupantes, fue avistada a ocho millas de la costa sur de Tenerife.

El futuro que les espera a los inmigrantes que llegan a España de forma irregular, y después de haber puesto en peligro sus vidas, no es para nada envidiable. Una vez detenidos, son trasladados a los centros de retención, que, como en Canarias no existen, son sustituidos por los fríos y oscuros calabozos de las comisarías del archipiélago. Allí los inmigrantes permanecen recluidos durante 72 horas. Concluido este plazo, son trasladados a los centros de internamiento que existen en el archipiélago (Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura), donde pasan un máximo de cuarenta días.

El problema está ahora en la sobrecarga que aguantan estos centros, lo que conlleva el traslado de los inmigrantes que siguen llegando a los edificios militares habilitados para acogerlos y cuya situación no es la mejor. Los extranjeros de origen magrebí son los únicos que son devueltos a sus países de forma automática. El resto, al no existir convenios de repatriación, permanece en los centros y, concluido el plazo de cuarenta días, salen a la calle, donde tratan de sobrevivir sin documentación, trabajo, alojamiento y ni tan siquiera comida. En algunos casos, el Gobierno está trasladando inmigrantes desde Canarias a distintos puntos de la Península en vuelos fletados.

El mutismo en este punto es, sin embargo, absoluto. Ni la Delegación del Gobierno en Canarias ni el Ministerio del Interior quieren facilitar datos sobre el número de inmigrantes trasladados o los vuelos que se han fletado, y mucho menos, su destino en la Península.

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