Exteriores promete ayuda europea a Mauritania para frenar la ola de pateras

Bernardino León, que encabeza la delegación española enviada a estudiar la crisis, pide la implicación de Bruselas para combatir la inmigración ilegal

Diario Sur, 17-03-2006

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, prometió ayer en la capital de Mauritania, Nuakchott, ayuda española y de la UE para frenar la avalancha de pateras que parten de este país con destino a las costas canarias. León, explicaron fuentes de su departamento, insistió ante las autoridades mauritanas en que el problema de la inmigración ilegal ya tiene una «envergadura internacional» y que, por tanto, también Bruselas se implicará en su solución.

El secretario de Estado encabezó ayer la delegación española enviada de urgencia ya conocida como ‘crisis de los cayucos’, y de la que también formó parte el secretario de Estado de Interior, Antonio Camacho, y un director general de la Comisión Europea. León y Camacho fueron recibidos por el jefe de la junta militar que gobierna el país desde hace siete meses, Ely Uld Mohamed Vall, por su ministro del Interior, Mohamed Ahmed Uld Mohamed Lemín, y el titular de Justicia, Mahfoud Uld Bettah.

Cesión de patrulleras

Según indicaron fuentes de Exteriores, las autoridades mauritanas se comprometieron a colaborar para el control de los flujos ilegales y aplaudieron la cesión de patrulleras decidida en el gabinete de crisis reunido el miércoles en Madrid bajo la dirección de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

La delegación prosiguió viaje a Nuadibú, la ciudad de 150.000 habitantes al norte del país y desde la que parten la mayoría de los cayucos con destino al archipiélago canario. Los secretarios de Estado se reunieron allí con miembros Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de Médicos del Mundo, de Cruz Roja y de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

Desde Oviedo, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se mostró ayer convencido de la «plena disposición» de las autoridades de Nuakchott para atajar la ‘crisis de los cayucos’. El ministro, que mantuvo una conversación telefónica con Mohamed Vall, indicó ayer que el Gobierno espera una «solución satisfactoria» tras conocer la actitud favorable de Mauritania para terminar con «la tragedia humana» que supone la inmigración clandestina.

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