SOCIEDAD

El papa pide proteger y defender a los inmigrantes menores de edad

El papa Francisco ha recordado que "estos pequeños hermanos están expuestos a muchos peligros", por lo que reclamó que se adopten medidas para su protección e integración.

El Día, Efe, Ciudad del Vaticano, 16-01-2017

El papa Francisco afirmó ayer que es necesario “adoptar medidas para la protección y la defensa, así como la integración de los inmigrantes menores de edad”, en un mensaje tras el habitual rezo del Ángelus del domingo.

Asomado a la ventana del palacio pontificio, Francisco recordó que la Iglesia católica celebró ayer la Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado y que este año está dedicado a los “menores inmigrantes , vulnerables y sin voz”.

“Estos pequeños hermanos no acompañados están expuestos a tantos peligros. Y son muchos!”, exclamó.

A la plaza de San Pedro acudieron para esta ocasión varias representaciones de inmigrantes y el papa les pidió que “respeten leyes y tradiciones” y deseó que puedan “vivir serenamente, conservando los valores de vuestras culturas de origen”. “El encuentro entre varias culturas es siempre un enriquecimiento para todos”, defendió Francisco.

También agradeció a “todos los que trabajan con los inmigrantes para acogerlos y acompañaros en sus dificultades” y les animó “a continuar con su trabajo y recordar el ejemplo de santa Francisca Javiera Cabrini, patrona de los inmigrantes ”.

Explicó que la santa “se ocupó del hermano forastero, en el que está presente un Jesús rechazado, humillado y que sufre”. “Y todos nosotros somos forasteros”, agregó Francisco.

El pasado 13 de octubre, el Vaticano publicó el mensaje del papa dedicado a los “menores inmigrantes , vulnerables y sin voz” en el que criticaba que en vez de favorecer su integración se busque solo impedir su entrada en los países o se favorezca su repatriación.

Esta jornada se celebra en un momento en el que las asociaciones humanitarias denuncian la desaparición de cerca de 10.000 menores inmigrantes tras su llegada a Europa.

Solo en Italia han llegado en 2016 más de 25.800 menores no acompañados, el doble que en el año anterior, y que acaban desapareciendo, viviendo en la calle, en centros de detención o, los más pequeños o afortunados, en casas con familias.

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