China LLEVARÁ a cabo la repatriación de los 39.000 emigrantes que se encuentran en territorio estadounidense, y a los que el Gobierno de Washington deniega la entrada al país, «si se demuestra que realmente tienen la nacionalidad china», según informó en la jornada de ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores.

«China sigue el principio de repatriar después de verificar. Cuando sea seguro que la nacionalidad de esos casi cuarenta mil emigrantes es china, lo aceptaremos», aseguró el portavoz de la Cancillería china, Qin Gang.

El pasado martes, el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Michael Chertoff, se quejó abiertamente de que las autoridades chinas se niegan a repatriar a 39.000 de sus ciudadanos que intentaron emigrar a EE.UU. sin la documentación requerida por el Gobierno de Washington a tal efecto.

La petición del Ejecutivo de Pekín podría retrasar durante largo tiempo el proceso de repatriación de esos miles de emigrantes, teniendo en cuenta que muchos de los que salen de China no portan documentos que verifiquen su nacionalidad. Es uno de los medios más utilizados por los que conservan la esperanza de poder obtener pasaportes falsos en los países a los que llegan.

El portavoz del Gobierno chino además tuvo palabras de crítica hacia Chertoff. En Pekín no han sentado bien las acusaciones del secretario de Seguridad Nacional, y Gang ha señalado que «no aceptamos la politización de este problema, porque es algo que no beneficia a ninguno de los dos países». El Gobierno de Pekín ha comunicado que tampoco aceptará «dobles estándares» a la hora de afrontar este problema.

«China se opone a la emigración ilegal», añadió la fuente oficial, que destacó los logros del país – una de las principales fuentes de emigrantes ilegales del mundo – a la hora de reducir este fenómeno.