roma – El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha trasmitido en el inicio de su viaje a Roma el comprosimo del Gobierno vasco para atender la crisis humanitaria que azota Europa, uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el Viejo Continente en la actualidad. Por la mañana, el lehendakari mantuvo un encuentro privado con el superior general de la Compañía de Jesús, el recién nombrado Arturo Sosa, con quien conversó sobre este tema. Ya por la tarde, Urkullu visitó la Comunidad de San Egidio con el fin de conocer de primera mano la experiencia del corredor humanitario establecido en Italia y estudiar posibles alternativas para la acogida de personas refugiadas. Antes de partir hacia Roma, el lehendakari explicó que si esta experiencia es aplicable al Estado español “lo pondrá en reivindicación para la implicación también de las instituciones y administraciones vascas”.

“Hoy felicitamos a la Comunidad de San Egidio por el segundo corredor humanitario, suscrito hoy con la Conferencia Episcopal italiana. Son ya dos proyectos que la Comunidad de San Egidio puede poner como ejemplo de lo que es posible en el ámbito de los países, los estados miembros de la Unión Europea, acogiéndose al reclamento del visado humanitario como una vía legal, una vía práctica”, sostuvo el lehendakari en una comparecencia con el presidente de la organización, Marco Impagliazzo, en la Sala de la Paz, espacio emblemático de la sede en el que se firmó en 1992 el acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil en Mozambique y en el que han tenido lugar otros encuentros de relevancia internacional.

La Comunidad de San Egidio recibió el pasado 12 de diciembre el premio René Cassin, un reconocimiento público “por su contribución a la promoción de los derechos humanos”. Tras la entrega del galardón, el lehendakari mostró interés en conocer de cerca su actividad. “Nosotros también queremos colaborar en el espíritu de solidaridad, en dar respuesta positiva a la crisis humanitaria, crisis migratoria que nos afecta al conjunto de la humanidad desde los valores del humanismo”, señaló Urkullu, quien destacó que colocará el tema de los refugiados “en el centro de la agenda vasca a trabajar con el Gobierno español”. De hecho, el Gobierno vasco quiere proponer que la vía de los corredores humanitarios sea estudiada como una opción a desarrollar.

Durante los últimos años, la actividad de la Comunidad de San Egidio se ha centrado en impulsar los llamados “corredores humanitarios”, a través de los cuales trasladan de manera legal y segura a personas refugiadas. Se trata de personas en situación de vulnerabilidad a las que se les otorga un “visado humanitario” para evitar el riesgo de que naufraguen en el Mediterráneo. Una vez en suelo italiano, se tramita su solicitud de asilo y la organización promueve un proceso de integración en la sociedad. “No solamente tiene como objetivo la atención a las personas en riesgo de vulnerabilidad, sin otambién la inserción social de esas personas”, destacó.

En su visita a la Comunidad de San Egidio, el lehendakari se reunión con su presidente y tuvo ocasión de escuchar experiencias de jóvenes refugiados que actualmente estudian en la escuela de la Comunidad con el objetivo de integrarse en la sociedad italiana. Entre los refugiados se encontraba Ramy, un inmigrante sirio que huyó junto a su mujer y a sus tres hijas de su país hasta llegar a Lesbos (Grecia) y que fue uno de los doce inmigrantes que fueron trasladados a Italia por voluntad del papa Francisco cuando realizó su viaje a la isla griega el pasado año.

Compañía de Jesús Junto a Urkullu, la delegación oficial del Gobierno vasco durante su visita a Roma está formada por la secretaria general de Acción Exterior, Marian Elorza; el secretario general para la Paz y la Convivencia, Jonan Fernández; y la Directora de Víctimas y Derechos Humanos, Monika Hernando. Por la mañana, el grupo mantuvo un encuentro con el superior general de la Compañía de Jesús, el venezolano Arturo Sosa, con quien ahondó en la labor de la Compañía en la atención a personas refugiadas, el área social y la cooperación internacional. Y es que, a través del programa Servicio Jesuita a Refugiados, la Compañía trabaja en más de 50 países para ayudar e integrar a aquellas personas que se ven forzadas a migrar. De hecho, algunos países en los que colaboran reciben ayudas del Gobierno Vasco a través de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo. En este sentido, el lehendakari trasladó a Sosa el compromiso del Gobierno vasco de atender la crisis humanitaria que azota Europa y que, por ello, está recabando información a nivel internacional para barajar diferentes posibilidades de acogida.

Así, durante su primer día en Roma, Urkullu anunció que el Gobierno vasco presentará en los próximos meses un documento que defina un marco compartido para la gestión social, política e institucional de la acogida y solidaridad con las personas refugiadas, dando prioridad y respuestas a las necesidades de acogida, integración y cooperación internacional.

De esta forma, la cuestión de la respuesta a la problemática de las personas refugiadas se incluirá en el Plan de Convivencia y Derechos Humanos del Gobierno vasco para el periodo 2017 – 2020. La visita de Urkullu continúa hoy, con la reunión, en el Palacio Apostólico, con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.