Las autoridades españolas temen que se hayan hundido más cayucos en las inmediaciones del litoral africano y que hayan desaparecido otros 50 inmigrantes, además de los 24 hallados ayer. El macabro hallazgo se produjo en aguas internacionales frente a la frontera entre el Sahara Occidental y Mauritania.

Los cadáveres hinchados, según fuentes de los servicios de rescate, llevaban varios días flotando en aquellas aguas y dispersados por las fuentes corrientes de la zona. Todos los cuerpos recuperados del mar portaban chalecos salvavidas y uno de los cadáveres llevaba un GPS, un aparato de orientación por satélite, lo que haría pensar que se trataba de uno de los patronos del bote naufragado.

Los marinos del Esperanza del Mar están seguros de que se trata de los ocupantes de uno de los múltiples caducos (barcos mauritanos propios de su sistema tradicional de pesca) que en los últimos días se han lanzado al Atlántico, aprovechando la buena mar y la luna llena, para salvar las 500 millas náuticas (800 kilómetros) que separan el norte de Mauritania de las playas más meridionales del archipiélago español.

El Esperanza del Mar desembarcará los cadáveres en Canarias, aunque todavía no tiene fecha de regreso. El buque hospital tenía previsto continuar la búsqueda de más cadáveres, ya que las autoridades españolas tienen constancia de otros naufragios en esa misma zona. Se trata de barquillas que en los últimos días han partido del puerto mauritano de Nouadhibou.

Tres cayucos más

Mientras otras tres pateras fueron interceptadas cerca de las costas Canarias durante la noche del martes y a lo largo del día de ayer con 144 clandestinos a bordo. Estos clandestinos se suman a los 300 sin papeles que desembarcaron el martes en las costas de Tenerife y Gran Canaria a bordo de nueve pateras. La primera embarcación, con 33 inmigrantes, fue localizada a quince millas al sur de la Gran Canaria por un buque de Salvamento Marítimo, que la trasladó al muelle de Arguineguín, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana. Allí los inmigrantes, todos varones y subsaharianos, fueron atendidos por efectivos de la Cruz Roja. Los clandestinos presentaban síntomas de agotamiento aunque su estado era bueno.

El segundo cayuco, con 68 inmigrantes adultos que pretendían ganar la costa de Tenerife, fue localizado por los radares del Servicio de Vigilancia Exterior de la Guardia Civil. La barca se hallaba a ocho millas de la Punta de Rasca. Otro buque de Salvamento Marítimo salió a su busca y, tras localizar la barquilla, la escoltó hasta un muelle de Los Cristianos, en Arona. Tres de los inmigrantes tuvieron que ser llevados al hospital con síntomas de deshidratación y dolores abdominales.

Gabinete del crisis

A ese mismo puerto llegó otra patera localizada por la mañana a unas diez millas de la Punta de Rasca, en el sur de Tenerife, y con 45 subsaharianos, todos varones mayores de edad y en aparente buen estado de salud.

Por otro lado, el Gobierno de Canarias ha creado un gabinete de crisis tras las últimas avalanchas de inmigrantes. El presidente del Ejecutivo autónomo, Adán Martín, anunció ayer la constitución de este equipo para abordar el fenómeno de la inmigración irregular en las islas. El gabinete integrará a diferentes departamentos canarios. Además, una delegación del Ejecutivo autónomo acompañará hoy a los secretarios de Estado de Seguridad y Trabajo a Nuakchott para tratar de frenar la crisis abierta.

Mientras, en Mauritania, las autoridades desplazaron dos autobuses con 74 susbsaharianos desde la ciudad costera de Nouadhibou con destino a la capital, Nouakchott, desde donde se les repatriará hasta sus países de origen.