Rescatados en alta mar los cadáveres de 24 inmigrantes subsaharianos que iban a Canarias

Defensa ofrece sus instalaciones en las Islas para atender a los recién llegados y aliviar el colapso de los centros de acogida

La Razón, 16-03-2006

Santa Cruz de Tenerife – El drama de las pateras vivió ayer la jornada más
negra de los últimos meses. El viaje al paraíso europeo tuvo un final
trágico para un numeroso grupo de africanos que intentaban llegar a las
costas canarias a bordo de un cayuco. El buque hospital «Esperanza del
Mar» recuperó en la tarde de ayer los últimos cadáveres del total de 24
que encontró su tripulación flotando en alta mar. Más suerte han tenido
otros 156 que han llegado con vida.
   Los acontecimientos de los
últimos días – desde el fin de semana han desembarcado más de 800
irregulares – han forzado al Gobierno canario a la constitución de un
comité de crisis. Como es habitual en estos casos, se desconocen las
causas del naufragio de la embarcación en la que viajaban los 24
inmigrantes fallecidos y que con toda probabilidad salió de Mauritania con
destino el archipiélago canario. Los cadáveres, que se encontraron a 70
millas de cabo Blanco (en el límite del Sahara Occidental y Mauritania) y
a unos 700 kilómetros de la costa insular española, llevaban chalecos
salvavidas y ropas impermeables. Incluso uno de ellos portaba un GPS. No
se descarta la aparición de nuevos cuerpos puesto que la hipótesis más
probable es que viajaran a bordo de un cayuco, que tiene capacidad para
entre 40 y 60 personas.
   No fue la única embarcación que emprendió el
mismo recorrido. Un total de 156 inmigrantes consiguieron llegar a su
destino en las últimas horas a bordo de tres cayucos, aunque finalmente
fueron detenidos por las autoridades. En torno a las 23:00 horas del
pasado martes llegó una embarcación al sur de Gran Canaria con 33
irregulares a bordo; otra fue detectada a las 2:30 horas a ocho millas de
la Punta de Rasca, con 69 subsaharianos, y la última desembarcó en
Tenerife a media mañana. En el cayuco viajaban 54 personas.
   Ante el desbordamiento de inmigrantes en los centros de acogida,
Defensa ofreció ayer sus instalaciones militares en las Islas para que se
pueda atender a estas personas. Así lo confirmó su titular, José Bono,
quien destacó que las Fuerzas Armadas han ofrecido los cuarteles «para que
de una manera lo más digna posible se pueda atender a esas pobres gentes
que han pasado el calvario de cruzar el mar», y subrayó que el Ejército
«no tiene la función de Policía y, por lo tanto, la de control o la de
parar» las oleadas de inmigrantes. «Si alguien cree que los barcos de la
Armada van a abordar estas pateras, o van a abrir fuego, o a no permitir
el tránsito, como si se tratara de embarcaciones enemigas, está muy
equivocado», manifestó José Bono.
   Tras este
ofrecimiento, el acuartelamiento militar de Las Raíces, en Tenerife,
alberga desde ayer a 82 inmigrantes. Estas instalaciones podrían acoger
hasta 500 personas.
   La costa mauritana se ha convertido en un punto
caliente para la inmigración ilegal puesto que allí llegan personas
procedentes de diferentes países de África para cruzar hasta las Canarias.
La mayoría procede de Senegal, Mali y Guinea Bissau, aunque también hay de
Gambia y Sierra Leona. Los acontecimientos de las últimas jornadas con la
llegada del buen tiempo – el martes desembarcaron 363 inmigrantes en las
islas; desde el fin de semana suman 870 – ha forzado al Gobierno canario a
crear un gabinete de crisis que estará presidido por Adán Martín e
incluirá a varios consejeros y expertos.
   Permisividad del
Gobierno. El tema también llegó ayer al Congreso. En la sesión de control
al Ejecutivo, el portavoz de Coalición Canaria, Paulino Rivero, acusó a
los organismos internacionales y a los gobiernos implicados, incluido el
español, de «desidia, abandono y permisividad» en la lucha contra las
mafias dedicadas al tráfico de personas. Se preguntó, además, «si se
actuaría igual en cualquier otro punto del Estado si ocurriese lo que pasa
en Canarias».
   El ministro del Interior, José Antonio Alonso,
contestó a Rivero que hablar de «permisividad del Gobierno» le parecía
algo «directamente brutal». Además, precisó que España ofrecerá toda su
colaboración y medios a Mauritania para vigilar unos mil kilómetros de
costa y que en el transcurso del viaje oficial que se hará a Nouackchott
se intentará cerrar un convenio de readmisión y devolución de inmigrantes.

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