El intento de alcanzar Canarias desde Mauritania a bordo de inestables cayucos ha vuelto a tener consecuencias irreparables. El buque hospital ‘Esperanza del Mar’ recuperó entre la noche del martes y la jornada de ayer los cadáveres de 24 inmigrantes que habían emprendido esa difícil travesía de 800 kilómetros, aunque la cifra real de fallecidos puede ser mucho mayor, ya que el pasaje habitual de estas embarcaciones oscila entre 40 y 60 personas. Otros 123 subsaharianos lograron arribar con vida al archipiélago a bordo de dos pateras.

El martes por la tarde, los tripulantes de un pesquero alertaron al ‘Esperanza del Mar’ de que habían avistado varios cuerpos en aguas cercanas a la costa mauritana. El buque hospital inició un rastreo que pronto permitió recuperar cinco cadáveres, con aspecto de llevar días en el mar. El atardecer obligó a suspender la búsqueda, pero ayer se localizaron otros 19 cuerpos. El barco continúa en la zona, a 400 millas de Canarias y en la frontera entre el Sahara Occidental y Mauritania, ya que todo apunta a que zozobró un cayuco y todos sus ocupantes se ahogaron. Según fuentes del Ministerio de Asuntos Sociales, los muertos llevaban chalecos salvavidas y uno, quizá el patrón de la embarcación, portaba incluso un dispositivo de GPS para orientarse en su viaje al archipiélago.

Otros 123 inmigrantes tuvieron más suerte y lograron completar ayer el trayecto, al igual que los 333 que alcanzaron el litoral canario el martes. La primera patera, con 69 subsaharianos – entre ellos, tres menores – , fue apresada a las tres de la madrugada a nueve millas de Punta de Rasca. Tres pasajeros fueron hospitalizados con síntomas de hipotermia. La segunda, con 54 ocupantes – entre los que también había tres menores – , se localizó por la mañana a diez millas de Punta de Rasca. Dos extranjeros han sido detenidos como presuntos patrones de una de las barcas.

Situación «lamentable»

La incesante llegada de inmigrantes está poniendo en aprietos a la red asistencial del archipiélago. El coordinador de Cruz Roja Española, Toni Bruel, denunció ayer las condiciones «infrahumanas» en las que han estado viviendo durante casi una semana muchos de los interceptados. Según indicó, hace falta colaboración internacional para que todos ellos puedan acceder a «ropa de abrigo, bebidas calientes y, sobre todo, asistencia psicológica» que les alivie de su «lamentable situación». El Gobierno canario ha constituido un gabinete de crisis para gestionar la crisis provocada por el nuevo ‘corredor’ de la inmigración ilegal desde Mauritania. Por su parte, el Ministerio de Defensa ha ofrecido sus instalaciones para albergar a los extranjeros: de hecho, 82 ya están acogidos en el acuartelamiento de Las Raíces, en el municipio tinerfeño de El Rosario, que podría cobijar a un máximo de medio millar.

El consejero de Presidencia del Ejecutivo canario, José Miguel Ruano, exigió al Estado que afronte esta situación «alarmante» e «impermeabilice» las fronteras marítimas. La secretaria de Política Social del PP, Ana Pastor, anunció que pedirá la comparecencia en el Congreso del ministro de Asuntos Sociales para que dé cuenta de la «falta de planificación» del Gobierno. A su juicio, el proceso extraordinario de normalización ha provocado un «efecto llamada», hasta el punto de que «nunca ha habido tantos inmigrantes ilegales en España». El portavoz socialista de Inmigración, Antonio Hernando, desdeñó este vínculo con la regularización como «una simpleza que demuestra profundo desconocimiento».