Pamplona – Begoña Huarte y Mikel Zuloaga vivieron un intenso día ayer que comenzó en una celda y acabó repartiendo comida y abrazos entre los refugiados y refugiadas que eran la causa de su acción de desobediencia y que al mismo tiempo – con sus testimonios – han sido claves en su puesta en libertad, ya que coincidieron en afirmar que no se sintieron en ningún momento maltratados – todo lo contrario – y que no era ninguna acción con ánimo de lucro. Begoña Huarte pudo hablar ayer con sus familiares y el círculo de amigas que han formando un núcleo dentro de la plataforma de apoyo desde Iruña a quienes les transmitió un mensaje de tranquilidad (“estamos muy bien”, dijo) pero también de perserverancia ya que señaló que aunque “esta vez no lo hemos conseguido” hay que seguir intentando todo para “traer y acoger” a personas refugiados, los “verdaderos protagoistas”. – J.I.C.