Canarias registró ayer la mayor oleada de inmigrantes de su historia con la llegada de 331 indocumentados – entre ellos al menos siete menores – a bordo de nueve pateras procedentes de Mauritania y otros países subsaharianos, un hecho que agrava aún más la alarma generada desde el fin de semana por la saturación de los centros de internamiento de inmigrantes del archipiélago, ya desbordados o al límite de su capacidad el domingo, sin que el traslado por grupos a la Península de 158 de los retenidos haya permitido aliviar su situación, según confirmaron fuentes gubernativas.

Es tal la crisis migratoria, que la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, convocó ayer a los ministros de Exteriores, de Defensa, de Interior y de Trabajo para abordar hoy la situación en el palacio de la Moncloa, donde se reunirán a primera hora de la mañana.

Con la masiva llegada de ‘sin papeles’ durante el día de ayer a las costas canarias, Tenerife se confirmó como novedoso punto de destino de las barcas llegadas de África, al sumar 5 pateras y 224 inmigrantes, por delante incluso de Gran Canaria, con 4 embarcaciones y 107 personas.

Máxima gravedad

De hecho, en Tenerife, el vicepresidente del Cabildo Insular, José Manuel Bermúdez, hizo pública la «preocupación ante la avalancha de pateras que se está produciendo en los últimos días» en esa y otras islas, que calificó como «un asunto de máxima gravedad que está desbordando todas las previsiones» ante el cual pidió, «a la mayor brevedad posible, una respuesta inmediata del Estado español y de la Unión Europea».

Por su parte, el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, aseguró que «vivimos una situación de emergencia», y agregó que ha ofrecido la máxima colaboración al Gobierno para buscar soluciones a las avalanchas.

En este sentido, ayer mismo, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, durante una comparecencia en el Senado, anunció que la crisis migratoria se resolverá «a muy corto plazo» con las autoridades de Mauritania. De esta forma, el jefe de la diplomacia vaticinó los mismos resultados que se lograron con Rabat en septiembre y octubre del pasado año cuando hubo avalanchas de ilegales en Ceuta y Melilla desde territorio marroquí. Respondía asía a las advertencias del PP y Coalición Canaria de la posible presencia de 500.000 subsaharianos en Mauritania con intención de llegar a las costas españolas.

La detención ayer de los 331 subsaharianos en Canarias supera el dato registrado en las islas el 8 de enero de 2004, día en el que fueron detenidos 296 inmigrantes y que ostentaba el récord hasta el momento. Desde enero, las fuerzas de Seguridad canarias han interceptado 2.909 inmigrantes, frente a los 857 del mismo periodo en 2005, lo que supone una subida de más del 200 por ciento, según cifras de la delegación del Gobierno en Las Palmas y la subdelegación del Gobierno en Tenerife.