La Policía Nacional ha desarticulado una red de proxenetas que se dedicaba a explotar a inmigrantes en cinco pisos de Tarragona y uno de Vilanova i la Geltrú. Las mujeres eran obligadas a trabajar más de 20 horas al día, sólo podían descansar cuando no había clientes y tan sólo se les permitía salir a la calle durante 40 minutos, entre otras vejaciones. Los proxenetas se quedaban además con el 50% del dinero que obtenían las trabajadoras sexuales, que debían pagar una fianza de 200 euros.
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La denominada operación Gasol culminó el pasado día 8 con la detención de quince personas, entre las cuales estaban los principales responsables de la red. Los detenidos están acusados de delitos relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores, asociación ilícita e infracción de la ley de Extranjería.
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Las investigaciones policiales se iniciaron en noviembre del año pasado, después de que dos de las víctimas de esta red de explotación sexual denunciasen los hechos. El servicio de vigilancia secreta establecido por la Policía permitió detectar los seis domicilios utilizados por los proxenetas. La red utilizaba a mujeres extranjeras, la mayoría brasileñas, que incluso eran trasladadas a los distintos pisos en una furgoneta. Cada semana se obligaba a las mujeres a prostituirse en uno de los distintos pisos de la banda. Las inmigrantes que incumplían las normas impuestas por la red, como no estar disponibles las 24 horas del día y los siete días de la semana, debían pagar una multa de 20 euros.
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La red de proxenetas captaba a los clientes a través de anuncios en la prensa. La explotación de mujeres inmigrantes en los seis pisos permitió a los delincuentes ingresar 600.000 euros anuales.
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Entre los quince detenidos, están las tres madames de los pisos, de nacionalidad nigeriana y brasileña, y los responsables de la red, de origen español, georgiano y lituano.
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