Una cosa que los partidos políticos han hecho bien en España
La Vanguardia, , 26-12-2016
Lea la versión en catalán
Europa vive unas nuevas Navidades en alerta ante la amenaza terrorista. Ante esta barbarie, algunos países, como Francia, Alemania u Holanda, tienen que sufrir también el discurso de algunos líderes xenófobos que afectan diariamente a la convivencia entre sus diferentes comunidades. No es el caso de España. Y vale la pena decirlo. La denominada clase política ha sido vapuleada en los últimos años por los casos de corrupción, desgobierno y, especialmente en los últimos meses, por su falta de diálogo para consensuar un gobierno y evitar la celebración de elecciones. Siendo todo esto cierto, en el haber de los políticos cabría tener en cuenta la seriedad con la que se ha abordado en España el tema de la inmigración. A diferencia de lo que sucede en otros países vecinos europeos, las plataformas xenófobas han fracasado rotundamente pese a todos los intentos para sacar la cabeza en las sucesivas elecciones.
Los dos grandes partidos, el PP y el PSOE, se han dicho de todo y han tenido momentos de bajos instintos donde han podido recurrir al tema, pero, en general, la inmigración no ha sido un tema clave de estrategia electoral para erosionar al contrario. Ha habido algún caso aislado, como el del exalcalde de Badalona Xavier García Albiol, que ha cruzado alguna vez la raya de lo aceptable, pero la actitud general ha sido más que constructiva.
En una reciente visita a Barcelona, invitado por la Liga Europea de Cooperación Económica (LECE), el excomisario portugués António Vitorino reflexionaba que no era ninguna casualidad que los únicos países europeos donde no había partidos xenófobos consolidados eran justamente Portugal, Italia y España. Tres países que por su situación geográfica están más en contacto con el norte de África o tienen más influencia cultural con los países sudamericanos. Váyase a saber si es justamente por eso.
Este es un hecho del que nos hemos de felicitar y toca elogiarlo. Pero sería ilusorio pensar que ya está todo hecho. Justamente, a raíz de la sospechosa vinculación de algún refugiado en el atentado de Berlín, se han dado reacciones de algunos dirigentes en España en las redes que hay que denunciar. Sus líderes deberían cortar por lo sano con cualquier actuación o declaración en esta línea. La existencia y el funcionamiento de los centros de internamiento para extranjeros deberían ser también objeto de debate y no convertirse en un mal menor necesario que tiene que pasar desapercibido. Es fácil encender la mecha y la demagogia en esta cuestión.
Pero mientras analizamos, estudiamos y debatimos sobre el particular, no tenemos que estar sometidos a ningún Trump ni a ninguna Le Pen que nos hagan sonrojar. Y pese a la crisis, a los múltiples problemas que hay en la sociedad y, ahora, a la amenaza terrorista, podemos decir que la sociedad española da una lección que cabe destacar. No todo es malo y negativo.
(Puede haber caducado)