El informe Unicef de 2015 en la Comunitat Valenciana llevó ayer a la organización a destacar la necesidad de que los poderes públicos garanticen la inversión pública en la infancia «blindándola frente a variaciones políticas y económicas». Solicitaron un mecanismo de alto nivel que controle todas las políticas públicas relacionadas con la infancia. Incluyen una nueva ley de Infancia y Adolescencia y un plan estratégico. Además, destacaron como pasos adelante la creación de la dirección general de la Infancia.

El presidente de Unicef en la Comunitat Valenciana, Jorge Cardona, junto con la responsable de políticas de Infancia, Marlene Perkins, presentaron el estudio que revela que en el territorio autonómico un 37,7% de los niños valencianos (hasta 17 años) se encuentran en situación de pobreza o exclusión social. Ese porcentaje se traduce en más de 337.000 menores. La media española se encuentra en el 34,4%.

El documento recuerda que en nuestro ámbito social – países desarrollados – , que un niño se encuentre en situación de pobreza no sólo consiste en que viva con carencias materiales, también que se vea envuelto en situaciones de «desigualdad de oportunidades, mayor riesgo de ser excluido y de sufrir discriminación». Cardona insistió en que la pobreza entre los menores valencianos se analiza a partir de los indicadores de «desigualdad a la hora de ejercer los derechos» e insistió en que el problema que acompaña a los afectados es el de «la invisibilidad».

El documento que ayer se hizo público describe una ligera mejoría respecto al resultado de 2014, cuando el índice de pobreza o exclusión social se encontraba en el 40%. En el mismo se expone que la tasa de fracaso escolar es del 32,6% y la de abandono del 23,4%. Estos datos revelan que los niños valencianos se mantiene como el grupo de edad más afectado por la crisis y peor que la media española.

Sólo el 31,9% de los alumnos con necesidades educativas especiales estudian en escuelas ordinarias, muy por debajo del 79,6 % de la media nacional. Perkins lamentó la ausencia de datos sobre indicadores «clave» para saber cómo está la infancia, algo que consideran importante para poder conocer dónde actuar. Ello conduce a «la invisibilidad algunos problemas». Reclaman campañas de concienciación para la infancia como las que se realizan en defensa de los derechos de las mujeres .