El colectivo de extranjeros que más creció en Catalunya en el 2005, y por segundo año consecutivo, fue el de los bolivianos. Entre los 76.000 nuevos inmigrantes que se empadronaron entre el 1 de enero y el 1 de noviembre del 2005 – últimos datos disponibles – , hubo casi diez mil que procedían de Bolivia, lo que representa un aumento del 49% respecto al número de extranjeros procedentes de este país que ya tenían residencia en Catalunya.
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A finales del 2003 había en Catalunya 13.130 bolivianos y en sólo dos años se ha más que doblado su número. Los últimos datos facilitados por la secretaría de Immigració del Departament de Benestar i Família, correspondientes a la actualización del padrón a 31 de octubre del 2005, indican que son ya 29.144. Considerando todo el Estado, la evolución ha sido aún más espectacular: hace dos años había 52.345 personas procedentes de Bolivia, un año después eran 97.947 (últimos datos oficiales del INE) y de acuerdo con informaciones de la propia embajada en Madrid la cifra a finales del 2005 podría acercarse ya a los 140.000, lo que indica una progresión aún más elevada.
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En el proceso de regularización de inmigrantes sin papeles que se desarrolló entre febrero y mayo del año pasado, el colectivo boliviano fue el quinto más numeroso (con 47.000 solicitudes), tras Ecuador, Rumanía, Marruecos y Colombia, cuando hace dos años ocupaba el puesto número 15 en el ranking de nacionalidades de la inmigración.
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Las causas de este aumento, que se ha dado en toda España, se encuentran en el clima de inestabilidad política, económica y social que se ha vivido en ese país sudamericano en los últimos tiempos, aunque también se atribuye cierta influencia a la rumorología sobre la inminente exigencia de visado para entrar en España. Pese a que desde la embajada de España en Bolivia se ha negado tal extremo, la propia prensa del país ha especulado con esa posibilidad repetidamente.
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Hace unos años sucedió algo similar en Ecuador cuando se anunció que se iba a pedir visado para viajar a España, lo que propició una oleada de inmigración mucho más amplia. Fuentes policiales españolas han advertido que en los últimos meses existe un flujo estable de inmigrantes procedentes de Bolivia, y en menor grado de Brasil y Venezuela, que llegan a los aeropuertos de París, Lisboa o Amsterdam y posteriormente se trasladan a España en avión o en autobús. Otro detalle significativo es que en las calles de Cochabamba ya no sólo pueden cambiarse bolivianos por dólares, sino también por euros. Las últimas oleadas proceden incluso de los pueblos rurales del interior, cuando inicialmente surgían de las grandes ciudades.
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Sin embargo, la llegada de Evo Morales al poder ha desatado un clima de euforia y autoestima en Bolivia que ha frenado momentáneamente este proceso migratorio. Josep Maria Goñi, vicepresidente de Fedelatina – una federación que agrupa a las entidades latinoamericanas – , asegura que en los últimos meses se ha reducido la llegada de bolivianos a Barajas, mientras que se aprecia de nuevo un aumento entre ecuatorianos y colombianos, dos colectivos que apenas habían aumentado en el 2005.
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Edwin Pérez Uberhuaga, coordinador en Suiza del Centro de Estudios en Migraciones, explica que “la inmigración boliviana se caracteriza por ser mayoritariamente femenina, el 56% son mujeres, con una especialización laboral en el sector servicios, en particular en el servicio doméstico”. “La mayor parte proviene de los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz – prosigue – , la primera, una de las regiones a las que más ha afectado la crisis económica, y la segunda, la región económica con mayor desarrollo, pero hacia donde se dirigen las migraciones internas, provocando elevadas tasas de desempleo”. Josep Maria Goñi coincide también en que la inmigración boliviana procede especialmente de clases medias empobrecidas por la crisis de los últimos años.
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En el último número de Bolivia Es, un periódico gratuito que se edita en Madrid, se explica que las dos ciudades que concentran más bolivianos son la capital de España, donde la mayoría son de Santa Cruz, y Barcelona, cuya procedencia mayoritaria es de Cochabamba. Otros núcleos importantes se hallan en Valencia y Andalucía. También se señala que la mayoría de las mujeres se dedica al servicio doméstico, mientras que entre los hombres predomina el trabajo en hostelería y en la construcción.
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En Barcelona, destaca la presencia de bolivianos en barrios como Vilapicina o la Barceloneta. “Vivo en Bolivianeta” es una broma habitual de quienes se han instalado en ese barrio marítimo. Pero su presencia llega a todos los distritos y no puede hablarse de guetos, al contrario que en otros colectivos. Se percibe también por la progresiva aparición de una veintena de restaurantes especializados en cocina boliviana. Fuera de Barcelona, los núcleos más numerosos se hallan en l´Hospitalet, Sabadell y en la Cerdanya, donde ya son el primer colectivo extranjero.
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