Los centros de internamiento de inmigrantes indocumentados de Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura se encuentran “prácticamente al límite de su capacidad”, que supera en conjunto las 1.600 plazas, a causa de los centenares de personas llegadas en patera en los últimos días. La situación de esos centros, agravada este fin de semana con la llegada de otros 211 inmigrantes en menos de 24 horas, ha obligado a dar instrucciones a la Policía Nacional de agilizar las repatriaciones.
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Los 211 inmigrantes interceptados este fin de semana suponen la tercera oleada más importante del 2006, después de las del 3 de febrero (257 inmigrantes) frente a Almería y Tenerife, y el 27 de ese mismo mes (239 inmigrantes) frente a Tenerife y Gran Canaria.
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La urgencia de esas gestiones obedece además, en buena medida, a la necesidad de contar con espacio para albergar a otros muchos inmigrantes que se cree que podrían llegar en próximos días al archipiélago en barcas procedentes del vecino continente africano.
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Un continente desde donde el gobernador de Nuadibu, Yahya Uld Mohamed Fall, afirmó el pasado jueves que más de 12.000 subsaharianos se encontraban actualmente en los alrededores de esa ciudad portuaria de Mauritania, fronteriza con el Sahara Occidental, a la espera de poder emigrar clandestinamente a Europa, en gran parte a bordo de barcas en las que intentarían alcanzar Canarias. Esto determinó el viernes a la vicepresidenta del Gobierno de Canarias, María del Mar Julios, a demandar “una respuesta lo más contundente posible” del Estado y la UE ante la “avalancha” de inmigrantes que se prevé que partirá hacia las islas, que instó a atajar en el territorio de Mauritania ayudando a sus autoridades de allí.
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En el archipiélago, el centro de internamiento de inmigrantes de Tenerife, isla a la que llegaron desde el domingo 100 nuevos inmigrantes, tiene ocupadas 234 de las 238 plazas con las que cuenta, según fuentes de la Delegación del Gobierno.
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