Más de la mitad de las empleadas domésticas son extranjeras

El País, 13-03-2006

“Ecuatoriana, 35 años, con estudios secundarios y no lleva más de tres años trabajando”; así es el perfil de la empleada doméstica en España, según se desprende de un estudio del Consejo Económico y Social (CES). El término “asistenta” o “interna” se justifica, dado que el 90% de los trabajadores del hogar son mujeres y ya más de la mitad (un 52,2%) de ellas son extranjeras, según el Panorama sociolaboral de la mujer en España, elaborado por este órgano consultivo del Gobierno. Del análisis de los datos del último proceso de regularización de inmigrantes, el CES concluye que de cada 10 mujeres inmigrantes, siete trabajan como empleadas del hogar.

Según este análisis, que difunde hoy el CES, las extranjeras, más jóvenes y más cualificadas, se emplean en una casa como vía de entrada al mercado laboral, como algo transitorio hasta que encuentran otro trabajo más acorde con su preparación. Las españolas son más mayores, están casadas y tienen hijos. Para ellas este trabajo es una elección, porque no tienen estudios y además, dice el informe, les permite obtener ingresos mientras atienden a su propio hogar o familia.

¿Cuántos empleados del hogar hay en España? En 2005 trabajaron en ese sector más de medio millón de personas (682.882 exactamente). Más del 90% eran mujeres. Desde 1994 hay cada vez más trabajadores en los hogares y su crecimiento corre paralelo al alza del empleo femenino.

Este fenómeno, el aumento de la ayuda remunerada en el hogar, dice el CES, se produce debido al envejecimiento de la población “con el consiguiente aumento del número de personas en situación de dependencia” y la incorporación de la mujer al trabajo. Ambos hechos descubren “una serie de necesidades sociales que tradicionalmente cubría la familia”. “Tanto las labores domésticas como el cuidado de niños, ancianos y dependientes siguen realizándose en el ámbito familiar y recaen especialmente en las mujeres”, prosigue el estudio, “pero cada vez más familias demandan ayuda externa”.

Algunos datos que expone el informe es que una de cada 10 mujeres extranjeras (11,8%) trabaja en el servicio doméstico y que casi la mitad de todos los trabajadores empleados en hogares (un 49,6%) no tienen nacionalidad española. También plantea que en la última regularización de inmigrantes, el 33% de las altas en la Seguridad Social era en ese sector. Cruzando el dato de que las mujeres constituyen más del 95% de la afiliación, se concluye que son mujeres en el 72% de los casos.

Las empleadas del hogar extranjeras proceden principalmente de Ecuador (31,5%), Colombia (12,7%) y de países del Este, sobre todo de Rumania (14,7%). Gladys Mercedes Jumbo llegó de Ecuador hace ocho años. Trabaja en seis casas y dos oficinas del centro de Madrid. “El primer mes estuve interna, luego me salí y desde entonces trabajo por horas”, dice esta española nacionalizada, de 37 años, casada y con una hija de 14. “Yo vine a servir a Madrid con 16 años”, asegura Jacinta López. Ya jubilada, esta extremeña de 66 años redondea su pensión de 234 euros “echando algunas horas” en una casa particular y un portal cercano a su domicilio. Está casada y tiene tres hijos de 24, 18 y 16 años, informa Lila Pérez Gil.

Las asistentas e internas extranjeras son más jóvenes y tienen más estudios, además de ser solteras en mayor proporción. La edad media de las extranjeras, 35 años, es inferior a la de las españolas: 43, según el informe. La proporción de extranjeras menores de 30 años dobla al de las españolas. “En consonancia”, señala el estudio, “el nivel de estudios de las primeras es ligeramente superior”. Una de cada 10 empleadas extranjeras (un 11,1%) tiene estudios universitarios, un 2,5% entre las españolas. Un 65% de las extranjeras ha completado el bachillerato, mientras que el porcentaje de españolas con estudios secundarios es del 60,2%. Jumbo asegura que en Ecuador estudió tres años Matemáticas en la Universidad, mientras que López sabe leer “y, de cabeza, hacer cuentas de millones. Con lápiz, nada”.

Las extranjeras trabajan más horas y tienen más contratos temporales. Casi la mitad de las extranjeras (y sólo un 22% de las españolas) dedican 40 o más horas semanales. Más de la mitad de las extranjeras (un 55,2%) tienen contrato temporal o relación temporal, mientras que en las españolas se reduce en 10 puntos porcentuales.

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