Merkel plantea prohibir el burka tras ser aclamada como líder de la CDU

El Mundo, CARMEN VALERO BERLÍN, 07-12-2016

Angela Merkel seguirá al frente de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) por un periodo de otros dos años. Su reelección como presidenta –asegurada a priori, pues era la única candidata– se produjo ayer con el 89,5% de los votos de los delegados que asisten al congreso federal que la formación celebra hoy también en Essen. Aunque en anteriores congresos Merkel logró más número de apoyos, su novena reelección confirma su claro reinado en la CDU.

Merkel alcanzó la Presidencia de la CDU en el año 2000 con un 95,6% de apoyos y la reconfirmó en 2014 con el 96,7%. En esta ocasión, con el desgaste de la crisis de los refugiados y cinco derrotas consecutivas en las urnas regionales a cuestas, las quinielas apuntaban a un raspado 80%.

Angela Merkel endureció su discurso, de 77 minutos de duración, sin abandonar «la moderación y estabilidad que asegura el centro», pero en una clara concesión a los sectores más conservadores de la CDU y de los socios bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU), cuya oposición a la política de refugiados de la canciller ha sido tan radical, que a punto ha estado de provocar un cisma.

«Una situación como la que vivimos en el verano de 2015 no puede ni debe repetirse», afirmó Merkel y –aunque evitó nuevamente poner límite a la acogida de refugiados que siguen llegando a Alemania como pide un sector de la CDU y muy especialmente la CSU– afirmó que «no todos podrán quedarse. Cada una de esas solicitudes se evaluará individualmente».

Merkel no mostró arrepentimiento por una política migratoria que recabó más adeptos entre las filas socialdemócratas y verdes que en las suyas, pero, obligada ante las elecciones que se avecinan a reforzar el perfil conservador del partido y cerrar los huecos que ha aprovechado la formación populista de derechas Alternativa para Alemania (AfD), de cuyo avance ha sido acusada, prometiendo «más mano dura con la migración ilegal».

Y por primera vez entró en el debate sobre el uso del burka para mostrarse partidaria de su prohibición cuándo y dónde la legalidad lo permita. «Para nosotros está claro: hay que mostrar la cara, por lo que cubrirse enteramente con un velo no es aceptable», afirmó Merkel arrancando con ello numerosos aplausos, reacción que se fue repitiendo a medida que desgranaba el programa electoral con el que concurrirá a las elecciones de 2017 y para las que pidió el apoyo de todos porque «no van a ser fáciles».

«Necesito vuestra ayuda. En nuestra mano está lograr el futuro que anhelamos para nuestro país», recalcó Merkel, que incluyó en ese llamamiento a la hermanada CSU, cuyo líder y el primer ministro bávaro, Hosrt Seehofer, no fue invitado al congreso de Essen por la sencilla razón de que él no invitó a Merkel al suyo, rompiendo así la tradición.

Merkel avanzó el programa electoral que será sometido a debate del millar de delegados reunidos en Essen y que ella defenderá como primera espada en unas elecciones donde el primer objetivo de la CDU será impedir que las urnas permitan un tripartido entre el Partido Social Demócrata (SPD), su actual socio de coalición, Los Verdes y la Izquierda.

Y paradójicamente puede que sea la AfD quien impida una alternativa de Gobierno a la CDU, pues esa formación populista se ha convertido en el rancho del voto de protesta, antisistema y progresistas.

Merkel, garante de estabilidad en tiempos revueltos, ha prometido ante sus filas defender «los valores de Alemania y de Europa» frente al populismo y las recetas simples a problemas complejos.

El borrador del programa electoral, bajo el título «orientación en tiempos difíciles» promete, entre otros, que no habrá subida de impuestos, un alivio de la carga impositiva a las familias del país germano, más incentivos a las pequeñas y medianas empresas, una reforma que garantice la sostenibilidad de las pensiones y las inversiones en infraestructura, investigación y desarrollo.

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