Getxo – Mesa, mantel, una buena charla, amplitud de miras… Todos esos ingredientes se mezclan en la iniciativa Bizilagunak, un menú en el que no tiene cabida la discriminación racial y que se volverá a servir mañana en Getxo por cuarto año consecutivo. Es decir, este domingo familias vascas y extranjeras comerán juntas como manera para estrechar lazos, conocerse más y romper con prejuicios culturales. En esta ocasión, el actual Ararteko, Manuel Lezertua, también colabora en este proyecto que el año pasado congregó a 26 familias y más de 220 personas de la localidad.

Esta acción, impulsada por el Ayuntamiento de Getxo, la asociación Egizu Euskaldun, la Plataforma Inmigrantes local y la asociación Ibilki, sigue la estela de la puesta en marcha hace cinco años por SOS Racismo Gipuzkoa, que a su vez, se inspiró en la República Checa, que empezó a servir estas comidas interculturales hace once años. El objetivo de Bizilagunak – La familia de al lado es propiciar un mayor contacto entre vecinos autóctonos e inmigrantes . Una familia ejerce de anfitriona en su casa y prepara la comida y la otra es su invitada. Además, un dinamizador contribuye a amenizar el ambiente. Así, en torno a una mesa todos ellos se conocerán mejor, sabrán más sobre los platos típicos y tradiciones de los países y podrán hablar sobre sus realidades y experiencias, en un espacio íntimo e informal, en el que podrán encontrarse personas que solo se conocen por referencias genéricas. “En definitiva, se trata de facilitar espacios de encuentro para tender puentes entre personas que viven en la misma zona o municipio, personas de la cultura vasca y la gran diversidad de culturas de personas que han decidido hacer de Getxo su hogar”, aseguran desde el Consistorio.

Italianos, americanos… En 2015 , además de getxotarras se sumaron al proyecto personas de Bolivia, Nicaragua, Chile, Italia, Filipinas, Argentina, Perú, Francia, Senegal, Ecuador, Paraguay, Brasil, Colombia, Venezuela, Estados Unidos, Inglaterra, Uruguay, Rusia, Guatemala y del pueblo saharaui. Esta vez, las distintas convites internacionales contarán con la participación del Ararteko, Manuel Lezertua, y su mujer, Marta Martínez Odriozola, que abrirán los brazos a los familiares de Betty Vargas, vicepresidenta de Adrebol (Asociación Deportiva Residentes Bolivianos). Esta mujer se implica por segundo año en Bizilagunak, tras la experiencia positiva de la edición anterior.

“Conozco y valoro el trabajo que desarrolla la Unidad de Inmigración del Ayuntamiento de Getxo en el ámbito de la integración, convivencia e interculturalidad y al ver que, una vez más, se organizaba Bizilagunak, decidimos participar como una familia más de la localidad. Creemos que es importante demostrar un sentimiento de acogida y bienvenida a quienes viven entre nosotros y proceden de otros países, para que se sientan a gusto. Este tipo de ideas están en línea con lo que propugna la institución del Ararteko, en lo que se refiere a la lucha contra la xenofobia y racismo y a favor de la cohesión social. Por eso, no nos ha costado nada sumarnos; es más, participamos muy gustosamente. Mi antecesor, Iñigo Lamarka, ya lo hizo también en alguna ocasión”, comenta Lezertua en la revista municipal de Getxo.

En la última edición de estas mesas que derriban barreras se juntaron, en toda la CAV y Nafarroa, 428 familias, lo que supuso alrededor de 2.200 personas, de más de 30 nacionalidades y que son residentes en 35 municipios diferentes. “Fue una experiencia maravillosa. Fue un día muy bonito. Me sentí como en casa”, sostiene Betty Vargas sobre el buen sabor que le dejó la vivencia en 2015 .