"No te puedes ir de casa tranquilo"
El Periodico, , 31-10-2016En el barrio se comenta el problema, pero la verdad es que uno se cansa de hablar y ver que la justicia no actúa como debería, denuncia José Ruiz, vecino de la calle de Foradada. Ruiz convive desde hace cuatro años con un piso ocupado en su escalera. Antes ahí vivía una familia, hasta que el banco le embargó el piso. La vivienda quedó vacía y un determinado día esto empezó a ser un desfile de personajes que a veces se lleva la policía esposados, pero que a los dos días vuelven, explica.
La rotación de ocupas es constante. Ruiz no sabe concretar cuántas personas y familias han entrado a vivir en los últimos meses. Es incomprensible cómo se pueden consentir estas situaciones, lamenta. Su testimonio es prácticamente idéntico al del resto de vecinos que conviven diariamente con ocupas incívicos: No se preocupan por nada, porque a ellos esto no les ha costado ningún esfuerzo… Les da igual dejar la escalera de una forma u otra, romper la puerta o subir al piso por el balcón. Es una situación bastante desagradable y demasiado larga en el tiempo, explica con resignación.
Todo el mundo conoce decenas de historias similares en el barrio. Dionisio e Isabel Sánchez son padre e hija con un piso de propiedad y ahora (también) ocupado. “El otro día [el ocupa] me llamó por teléfono para decirme que había entrado y me pedía que se lo alquilara”, explica Dionisio. Le dije que ni hablar porque sé que nunca me va a pagar. De hecho, ya había alquilado antes su piso a una chica que no le pagaba las cuotas. Pero a los pocos días de que la inquilina en proceso de desahucio dejara las llaves en el juzgado, le cambiaron el bombín. “Ahora queremos esperar a ver qué podemos hacer, no me quiero meter en otro juicio interminable”, reflexiona Isabel.
Algunos se quieren ir de sus casas, pero les resulta muy complicado porque sus viviendas tienen poco valor en el mercado inmobiliario, admiten los propios vecinos. Te puedes imaginar el miedo que tienes al irte de vacaciones; te marchas 15 días y te los pasas todos pendiente del teléfono. No te puedes ir de casa tranquilo, lamenta Ruiz. Desde la Asociación de Vecinos de Trinitat Vella, la presidenta, Manoli Martínez, asegura que algunos vecinos “se han topado con las personas que intentaban tirar abajo la puerta de su piso”. Te vas de vacaciones y te vas con miedo, porque no sabes si al volver estará ocupado o no; se está saliendo el problema de madre porque nadie hace nada, denuncia la presidenta de la asociación.
En que haya pisos controlados por bandas coinciden todos los vecinos. Es vox pópuli y los Mossos dEsquadra ya han efectuado alguna detención. Ahora bien, sobre sus orígenes y nacionalidades hay disparidad de opiniones. Están ahí y más allá de ser presuntos traficantes de llaves, también son generadores de rumores. Pero todo el mundo coincide en un rasgo común: Son bastante peligrosos y la policía ya nos ha dicho que no nos metamos con ellos, explican desde el anonimato por miedo a que los identifiquen.
El clásico “no soy racista, pero” no tarda en salir cuando los vecinos explican el problema comunitario. Reconocen que también hay españoles que han tenido que dar la patada, pero inciden especialmente contra la población inmigrante. Una acusación enmarcada en un barrio con elevado porcentaje de población extranjera que hasta ahora nunca ha presentado signos de conflicto.
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