Y se vino abajo. Cierto que las pruebas eran de enorme contundencia. Ya advirtieron los investigadores de que había pruebas «indubitadas» sobre la autoría. Pero la mejor de las pruebas, la más contundente: su propio reconocimiento. El principal sospechoso del crimen de Pioz (Guadalajara), Patrick Nogueira, confesó ante la Guardia Civil que asesinó y descuartizó a sus tíos, Marcos Campos Nogueira y Janaína Santos Américo, y a sus primos, David y María Carolina, en el chalé en el que vivían en la localidad alcarreña. A última hora, el juez de instrucción 1 de Guadalajara le envió a la cárcel tras tomarle declaración durante más de cinco horas. Dictó auto de prisión provisional comunicada y sin fianza.

Se le imputa como presunto autor de dos delitos de homicidio en las personas de Marcos Campos Nogueira y Janaína Santos Américo, y dos delitos de asesinato sobre los dos menores de edad, «todo ello sin perjuicio de posterior calificación en función del avance de la instrucción», apuntan desde el juzgado.

Durante la comparecencia ante el juez instructor, que se ha prolongado desde las 16.00 horas hasta las 21.00 horas, Nogueira Gouveia reconoció parcialmente los hechos, admitiendo la autoría de las muertes, aunque no la forma en la que las llevó a cabo.

Los cuerpos fueron descubiertos por la Guardia Civil el pasado 18 de septiembre, tras ser alertada por los vecinos del fuerte olor que salía de la vivienda. Porque, como certificaron los forenses, la familia fue asesinada y descuartizada al menos un mes antes de su hallazgo, a mediados de agosto.

Apenas tres días después, los investigadores ya tenían un sospechoso principal, el ahora detenido. Porque supieron que había vivido con ellos. Porque supieron que adelantó un vuelo de regreso a Brasil poco después de que fueran localizados los cuerpos. Porque supieron que el detenido no acudió ante las autoridades para prestar declaración o, siquiera, para interesarse por lo que había pasado… Y porque supieron poco después que Patrick había tenido ya un episodio de violencia extrema. Pero había que demostrarlo, había que encontrar pruebas, indicios y un por qué.

¿El móvil? Su obsesión por Janaína. ¿El perfil? Un psicópata, un joven de 19 años sin sentimientos hacia los demás. ¿Y las pruebas? Demoledoras. Además de encontrar ADN del joven en el lugar del crimen, incluidas las bolsas de plástico donde el presunto asesino metió a las víctimas, los agentes lograron localizar a un testigo que lo vio entrar y salir de la vivienda en las fechas en que los forenses han datado la matanza.

La confesión del joven se produjo apenas 24 horas después de que fuera detenido en el aeropuerto de Barajas, tras viajar voluntariamente para entregarse por su implicación en el crimen.

El presunto asesino confesó su autoría durante el interrogatorio ante los efectivos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y posteriormente ante el juez.

La Guardia Civil detalló que Patrick decidió entregarse tras las negociaciones mantenidas «desde la pasada semana» entre los agentes del Instituto Armado encargados de la investigación y la familia del presunto asesino desplazados a España.

La Guardia Civil encontró hace un mes, el 18 de septiembre, los cuerpos de la familia envueltos en seis bolsas de plástico. Los cadáveres estaban en la casa desde hace un mes y el mal olor que desprendían alertó a los vecinos.Los cuerpos de los adultos habían sido descuartizados y el cabeza de familia había sido, además, torturado. Sólo dos días después de este hallazgo, Patrick volvía a su tierra natal sin ponerse en contacto con la Guardia Civil.

La geolocalización del teléfono móvil del sospechoso, los movimientos registrados en su tarjeta de abono del transporte público y el hallazgo de material biológico lo incriminaron directamente.

El 17 de agosto Patrick faltó a su entrenamiento con el AD Juventud de Torrejón, aunque era el tercer día que el equipo convocaba a sus jugadores tras las vacaciones. Así que los investigadores siempre creyeron que Patrick llegó al chalé de Pioz sobre las cuatro o cinco de la tarde.

Allí mató a Janaína y a los niños, y esperó un par de horas a que Marcos llegara de trabajar. Tras torturarlo y matarlo, habría pasado la noche descuartizando los cuerpos y limpiando la casa.