Alemania endurece las ayudas sociales a los inmigrantes procedentes de la UE

En lo que va de año han llegado 213.000 refugiados al país, apenas un tercio de los que se habían registrado en el mismo período de 2015

La Voz de Galicia, patricia baelo Berlín / E. La Voz , 13-10-2016

El mismo día que el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, publicaba la cifra de refugiados que han llegado al país en lo que va de año, 213.000, apenas un tercio de los que se habían registrado en el mismo período de 2015, el Ejecutivo de la gran coalición le declaraba la guerra a los inmigrantes económicos europeos. Siguiendo los pasos del Reino Unido, el Consejo de Ministros aprobó ayer un proyecto de ley según el cual los ciudadanos comunitarios que no tengan una ocupación deberán residir al menos cinco años en Alemania para poder percibir ayuda estatal.

«La regla es clara: el que vive aquí, trabaja y paga las cotizaciones sociales tiene derecho también a las prestaciones de nuestro sistema social. En cambio, para quien nunca trabajó aquí y depende de la ayuda financiera pública para vivir, las prestaciones de subsistencia deben ser solicitadas en el país de origen», declaró la ministra de Empleo. La socialdemócrata Andrea Nahles ya había avanzado el plan a finales del 2015, como reacción al fallo del Tribunal Federal de Asuntos Sociales por el cual bastaba con cotizar seis meses para solicitar prestaciones, y a la posterior presión de las administraciones locales, que exigían una reforma para impedir el turismo social. Oposición y oenegés han criticado la medida, que ha cosechado una gran ovación en las filas de la Unión Socialcristiana bávara (CSU), el socio más conservador de Angela Merkel. La ministra insiste en que la reforma afectará a muy pocas personas, ya que no se aplicará a los extranjeros con trabajo pero sin ingresos suficientes para llegar a fin de mes.
El presunto yihadista delatado por refugiados se suicida en su celda

El presunto terrorista islamista Jaber Albakr, detenido en la madrugada del lunes en Leipzig ante la sospecha de que planeaba un atentado, se suicidó ayer en la celda en la que estaba recluido, según informaron medios alemanes. El joven de 22 años, refugiado sirio, había escapado el sábado del cerco policial en torno a su vivienda y fue entregado a la policía por varios compatriotas sirios que lo redujeron en su casa. Albakr se encontraba bajo vigilancia y había comenzado una huelga de hambre. Los servicios secretos tenían datos que indicaban que el detenido «podría perpetrar un atentado esta semana», según el Frankfurter Allgemeine Zeitung

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