Barcelona acentúa la protección de sus iconos y grandes eventos ante la amenaza yihadista

Una foto del Estado Islámico en la que aparecía la Sagrada Familia obligó a reforzar la seguridad en el templo Los Mossos d'Esquadra reajustan semanalmente los dispositvos obedeciendo a los servicios de Información

El Periodico, Guillem Sánchez, 10-10-2016

Una imagen difundida desde una de las productoras del Estado Islámico durante el mes de agosto activó la alarma en Barcelona. En esta fotografía se señalaban monumentos mundiales para convertirlos en objetivos terroristas. Aparecían el Coliseo de Roma, la Estatua de la Libertad de Nueva York, el Big Ben de Londres y también la Sagrada Família de Barcelona. Este hallazgo originó una reunión de los Mossos d’Esquadra con los responsables de la seguridad del templo de Gaudí y se tomaron nuevas medidas para mejorar la protección de la basílica.

Según ha podido saber este diario, los Mossos solicitaron que se minimizaran las colas de turistas en el exterior para que estas concentraciones se formaran ya dentro del recinto, cuyo perímetro, por cierto, se empezó a cercar la pasada primavera con una valla de red metálica de dos metros y medio de alto. También se amplió a raíz de la publicación de la imagen la seguridad en los alrededores, con más dotaciones de antidisturbios y un incremento del número de patrullas que se acercan a vigilar la zona.

Es solo un ejemplo de cómo la amenaza yihadista obliga a extremar las medidas de seguridad en la capital catalana, con constantes reajustes. Todo empezó en enero del 2015. Con la matanza de periodistas de la revista ‘Charlie Hebdo’ la pesadilla del Estado Islámico desembarcó definitivamente en Europa. España elevó entonces su nivel de alerta hasta 4 sobre 5. Once meses después, de nuevo en París, un atentado múltiple perpetrado por hombres armados con fusiles de asalto asesinó a 137 personas y dejó 415 heridos. La peor parte se vivió en el interior de la sala de fiestas Bataclan. El 14 de julio del 2016, un camión arrolló mortalmente a 89 personas que festejaban el Día Nacional de Francia en el paseo de los Ingleses de Niza. Una irrupción en una redacción, una masacre en una discoteca y un atropello descabellado. Tres formas distintas de atacar a ciudadanos que obligaron a todas las policías europeas a redefinir sus estrategias para defenderlos.

MERCÈ, BARÇA, MACROCONCIERTOS

Antonio Díaz, experto en inteligencia y seguridad de la Universidad de Cádiz (UCA), minimiza la importancia de la imagen que incluía la Sagrada Família. “Es la lista que haría cualquier niño al que le preguntaras por los principales iconos de Occidente”, razona. Debe distinguirse entre la voluntad de atacar y la “capacidad de hacerlo”.

El portavoz de los Mossos, el intendente Xavier Porcuna, también rebaja el impacto del colaje porque, explica, los Mossos se reúnen habitualmente con los responsables de la Sagrada Família, como lo hacen con el resto de agentes implicados en el plan operativo específico (POE) puesto en marcha para prevenir la amenaza yihadista. El objetivo es siempre el de “proteger” tratando de “impactar lo menos posible en el día a día del ciudadano”.

No obstante, el aumento de la seguridad salta a la vista para los habitantes de la capital catalana. Durante la última Mercè, por ejemplo, hubo policías equipados con armas largas en todos los conciertos. Anteriormente, se vigilaban solo los más concurridos. Y esta temporada, cuando juega el F. C. Barcelona, tras la inspección previa del estadio, la unidad canina y los TEDAX ya no se marchan, sino que se quedan hasta que acaba el partido. Cuando en la ciudad había un evento sensible como un macroconcierto que requería la activación del GEI el cuerpo de élite, este pernoctaba en una comisaría cercana. Ahora no. Estos especialistas montan la guardia justo al lado del punto de interés.

DETECTORES DE METALES

Asimismo, instalaciones y entidades han reforzado la seguridad privada. En el reciente partido del F. C. Barcelona Lassa contra Oklahoma City Thunder disputado en el Palau Sant Jordi, los espectadores tuvieron que pasar por dispositivos detectores de metales.

Porcuna cuenta a este diario que desde el ataque a ‘Charlie Hebdo’ obligó a activar el POE, este se revisa constantemente en función del grado de amenaza para ajustarlo a las necesidades. El timón está en manos del Gabinete de Evaluación de la Amenaza, que elabora semanalmente un informe de riesgos a partir de los policías de la División de Información. Este documento se eleva hasta la Mesa de Coordinación Antiterrorista y desde allí se implementan las medidas que acaban absorbiendo sobre todo las unidades de la Brigada Móvil (BRIMO), de las respectivas Áreas Regionales de Recursos Operativos (ARRO), la canina, la de subsuelo y el Grupo Especial de Intervención (GEI).

ARMAS PERSONALES

Este diario ha contactado asimismo con varios agentes de Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana de Barcelona que han explicado que últimamente la cifra de policías que han adquirido un arma ligera de uso personal ha crecido. Han optado por comprar pistolas semiautomáticas de pequeñas dimensiones que pueden llevar siempre encima. Dentro de bolsos o incluso en el bolsillo del pantalón. “Imagínate que estás en un concierto e irrumpe un terrorista armado con un fusil de asalto. Comparada con la potencia de fuego de este, una semiautomática es casi una pistola de agua, pero el hecho de llevarla encima te daría una oportunidad”, razonan. Una iniciativa individual para defender un estilo de vida, tan amenazado como los iconos de la capital catalana.

Joan Antón Mellón, catedrático de Ciencias Políticas de la Universitat de Barcelona (UB), subraya que es “exigible” que la inteligencia policial sepa anticipar los ataques porque reaccionar cuando ocurren es “siempre un fracaso”. Este experto aclara, no obstante, que esta tarea es responsabilidad compartida de “todos los agentes sociales”, que deben implicarse en la detección de cualquier indicador de radicalización.

La actividad principal de los Mossos es desde hace casi dos años la lucha antiterrorista. El 30% del patrullaje que hacen los agentes de Seguridad Ciudadana se invierte en esta prevención. Tras Bataclan, no se incrementó el nivel de alerta porque ello una decisión que tomaría el Ministerio de Interior implicaría que la amenaza es inminente en España. “No lo es”, tranquiliza Porcuna. En Catalunya no se ha detectado ningún grupo con capacidad para atentar “ni en Barcelona ni en el resto del territorio”.

Falsas alarmas en auge
Incidentes como el apuñalamiento en Múnich o el tiroteo de Orlando en mayo y junio del 2016, respectivamente alteran el flujo de llamadas al teléfono de emergencias del 112. Es una consecuencia “deseada”, remarca el portavoz de los Mossos d’Esquadra, Xavier Porcuna. “Queremos que el ciudadano nos llame cada vez que tenga la menor sospecha”, indica. Esta coincidencia demuestra que los atentados terroristas en Occidente no solo repercuten en las policías, sino que también lo hacen en el estado de alerta de la calle. Durante los últimos 45 días del 2015 (a partir del atentado del Bataclan) se produjeron la mitad de las 262 falsas alarmas registradas durante todo el año en Catalunya. Este 2016 ya se han producido 433.

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