La gran preocupación de la sociedad británica es la inmigración. De hecho, la propuesta de cortarla defendida por los políticos partidarios del Brexit fue clave en su victoria en el referéndum del 23 de junio. Sin embargo, ayer el líder laborista, Jeremy Corbyn, se opuso a fijarle un límite, aún a sabiendas de que avivará las divisiones en sus filas. Durante su discurso en la clausura de la conferencia anual del Partido Laborista en Liverpool, Corbyn dejó claro que no “sembrarán la división” con “falsas promesas” en relación con el Brexit. Por el contrario, apuntó a que sí harán frente a los “los verdaderos problemas” del país y los cambios reales que se necesitan para hacerles frente.

Las palabras de Corbyn tienen especial resonancia, pues el laborismo no había defendido públicamente de una manera tan clara los flujos migratorios, si bien algunos parlamentarios críticos ya se pronunciaron pidiendo reformas para frenarlos.

Este anuncio se produjo apenas horas después de conocerse la dimisión del portavoz laborista de la cartera de Interior, Andy Burnham, quien criticó a su líder de filas por ser parte de una élite, que no escucha las preocupaciones de los votantes ante una inmigración “ilimitada, no cualificada y sin fondos”.

MEJORAR LOS SERVICIOS PÚBLICOS Para Corbyn, la solución pasa por tomar medidas para mejorar la situación de los servicios públicos si llega a ser primer ministro. En su mente está mejorar el sistema sanitario, la vivienda y la educación, que considera están exacerbados por los flujos migratorios. Con ello, se compromete a entregar lo que denomina como el socialismo del siglo XXI, para hacer frente al hecho de que la gente esté “harta del sistema de libre mercado”.

Para el jefe de filas laboristas, está claro que los inmigrantes no hacen bajar los salarios, sino que culpa directamente a “los empresarios explotadores y los políticos que desrregulan el mercado de trabajo y destrozan los derechos sindicales”.

Reitera sus disculpas por la participación de Reino Unido en la guerra de Irak, de la mano del ex primer ministro laborista Tony Blair
En política internacional, se comprometió a prohibir la venta de armas a países como Arabia Saudí, y en consecuencia, a cualquier país que tenga registros de violación de derechos humanos. Y una vez más, reiteró sus disculpas por la participación de Reino Unido en la guerra de Irak, de la mano del ex primer ministro laborista Tony Blair.

FIN A LA GUERRA DE TRINCHERAS Apenas un par de días después de ser reelegido como jefe de su fracturado partido, con más apoyo que en la primera elección celebrada en 2015, instó a los parlamentarios a “poner fin a la guerra de trincheras”, dejándoles así claro que acepten el resultado de una elección en la que ganó al otro candidato laborista, Owen Smith, el preferido por los miembros de su grupo parlamentario.

Corbyn hizo una llamada a la unión para frenar a los conservadores y para que los votantes los vean como un partido ganador. En la misma línea, también se opuso a los comentarios antisemitas llegados desde varios representantes laboristas, especialmente en redes sociales, diciendo que esta práctica es “inaceptable”.

Su discurso empezó haciendo referencia a la victoria conseguida en los tribunales por los familiares de los 96 aficionados del Liverpool fallecidos en el estadio de Hillsborough. Así, tras dos años de lucha para esclarecer las causas de su fallecimiento, la corte determinó que se debió a errores policiales. “Las familias han demostrado que se puede llegar a la verdad y que hay justicia”, defendió, llamando a aprender de ellos y a cambiar la sociedad por el beneficio de todos.

“En nuestro grupo se trata de hacer campaña, se trata de protestar también, pero sobre todo, se trata de ganar poder en los gobiernos locales y el nacional, para entregar el verdadero cambio que nuestro país tan desesperadamente necesita”, puntualizó el diputado por la circunscripción londinense de Islington North desde 1983.

Para Corbyn, el partido ha pasado por una serie de “pruebas” los últimos meses. Entre ellas, citó el asesinato de la diputada laborista Jo Cox a manos de un perturbado de extrema derecha, el resultado del referéndum sobre la permanencia de Londres en la Unión Europea y las divisiones parlamentarias poniendo en entredicho su liderazgo. Ahora, parece que centrará todos sus esfuerzos con la mirada puesta en que se produzcan elecciones generales anticipadas en 2017. “Estamos listos para el desafío”, puntualizó, pero recalcando que solo se conseguirá la victoria si trabajan unidos.