parís – El presidente francés, François Hollande, anunció que los 7.000 inmigrantes del poblado de la Jungla de Calais, en el canal de la Mancha, serán reubicados por todo el país y que se desmantelarán las chabolas en las que viven. Hollande explicó en declaraciones a la cadena de televisión i – Tele que se habilitarán unas 9.000 plazas de acogida en “centros de recepción y orientación” de distintos puntos del país. El mandatario realizó estas declaraciones tras visitar unas instalaciones de acogida en Tours, a unos 240 kilómetros al suroeste de París.

Los extranjeros serán distribuidos en grupos de entre 40 y 50 personas durante un periodo de entre tres y cuatro meses, explicó Hollande. “Quienes cumplan con los requisitos para la concesión del asilo podrán quedarse en el país, pero quienes no los cumplan, serán deportados”, subrayó.

“No debe haber campamentos en Francia”, afirmó Hollande, que planteó como meta el total desmantelamiento de la conocida como Jungla de Calais. El propio Hollande tiene previsto visitar este lunes el campamento, símbolo de la crisis de los inmigrantes en Francia. Precisamente la inmigración apunta a ser uno de los temas estrellas de la campaña de las elecciones presidenciales de 2017.

Los enfrentamientos entre los residentes de la jungla y la Policía son relativamente frecuentes, ya que intentan recurrentemente abrirse paso hacia Reino Unido a través del puerto de Calais.

En junio había unos 4.500 inmigrantes en la jungla y ahora las autoridades estiman que hay unos 7.000, aunque algunas organizaciones aseguran que podrían ser unas 9.000. En febrero ya fue desmantelada la parte sur del poblado y en marzo las autoridades aseguraron que también desmantelarían el resto, aunque sin dar fechas concretas.

‘los olvidados’ de calais Miles de inmigrantes confinados a un espacio sin saneamiento básico esperan meses en el campamento de Calais a que se resuelva su situación legal. En ese amenazante panorama, el ambiente se ha enrarecido por las recurrentes peleas entre sudaneses y afganos.

Los cooperantes que trabajan sobre el terreno alertaron de que las peleas entre grupos de ambas nacionalidades son cada vez más frecuentes, sobre todo cuando cae la noche, y avisan de que los niveles de conflictividad empeorarán si no se encuentra una solución.

Sudaneses (cerca del 50 % de los habitantes) y afganos (un tercio) viven un conflicto fomentado por el hacinamiento en el que están atrapados desde hace tiempo y que, inevitablemente, “degrada las relaciones humanas”. Un hacinamiento que además ha provocado problemas de salud como brotes de sarna entre ellos.

Los últimos análisis de las ONG muestran también que la falta de soluciones legales para los inmigrantes es un factor que pesa negativamente. – Efe/E.P.