MARÍA y Ainhoa son dos jóvenes estudiantes de Psicología con inquietudes sociales. Así que no desaprovecharon la oportunidad que ayer les brindó la Feria del Voluntariado que por tercer año consecutivo tiene lugar en la Universidad de Deusto para ver qué posibilidades tienen de desarrollar su espíritu solidario. “Yo ya he dado mi nombre en una de las asociaciones, la de los niños con hiperactividad”, comentaba María. A pesar de ello había cogido más información en otros stands “porque todos me han parecido muy interesantes”. Ainhoa, por su parte, que ya ha tenido alguna experiencia como voluntaria en un comedor social, prefiere “ver con calma” los folletos informativos que fue recopilando antes de tomar una decisión. De todas formas, las dos coincidían en que “seguro que vamos a hacer algo de voluntariado, aunque lo primero es la carrera, que hay que estudiar mucho”. Pero tal y como afirmaba Natxo Arnaiz, director de Bolunta, la agencia para el voluntariado y la participación social, “el estudio y el compromiso son compatibles”. Porque uno de los objetivos que se marcan desde Bolunta, organizadores de la feria, es que “los estudiantes, que son los futuros profesionales, no descarten su preparación académica con un compromiso ciudadano”. En este mismo sentido se manifestaba el rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert, quien dijo que “como universidad, y aun más como universidad jesuita, nos sentimos llamados a promover relaciones de solidaridad”. La feria, según señaló el máximo responsable de la universidad, “tiene como objetivo acercar a la comunidad deustense a organizaciones de voluntariado para difundir la importancia de la participación solidaria para la transformación social”.

Solidaridad Por su parte, la diputada foral de Acción Social, Isabel Sánchez Robles, resaltó que “el voluntariado es la máxima expresión de una especie de solidaridad organizada”. Recordó que en Bizkaia hay más de 100.000 voluntarios y voluntarias “desarrollando todo tipo de iniciativas y tareas de interés social por decisión propia y libre”. La diputada foral dijo que esos voluntarios son “personas comprometidas con su tiempo y su entorno que han decidido dar un paso adelante y colaborar para hacer de Bizkaia un lugar mejor”. Por último, Sánchez Robles se comprometió a seguir trabajando “para que el voluntariado goce de mayores reconocimientos, social e institucionalmente”. Porque para la responsable de Acción Social de la Diputación “la acción voluntaria es ante todo una auténtica escuela de ciudadanía en la que se adquieren conocimientos, valores y capacidades experimentales para la vida”.

La feria contó con la presencia física de 55 organizaciones de voluntariado de todos los ámbitos de intervención, desde la cooperación en países en vías de desarrollo hasta el medio ambiente pasando por la exclusión social, atención a la inmigración, mujeres maltratadas, asistencia sanitaria y así un largo etcétera. La experiencia de Natxo Arnaiz en este tipo de encuentros le faculta para decir que “el que se atreve a venir y pedir información diciendo que tiene tiempo e inquietudes, tarde o pronto acaba colaborando”. Y quien lo hace tiene muchas posibilidades de elección. Según señalaba el director de Bolunta, “la elección depende mucho del perfil de la carrera que estudie”. Por ejemplo, “los estudiantes de Derecho se suelen interesar por proyectos como Amnistía Internacional; los de Educación Social por entidades del ámbito social; o los de la Comercial en temas del Comercio justo”. Aun así, dejó bien claro que “como el voluntariado está presente en todos los ámbitos de intervención, quien tenga inquietudes, va a encontrar un proyecto adecuado”.