BRATISLAVA – Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea sin Reino Unido fijaron ayer las grandes líneas de una hoja de ruta para los próximos seis meses, con la que aspiran a demostrar “unidad” y un refuerzo de la seguridad en las fronteras contra la inmigración y la amenaza terrorista; que convenza a los europeos de la viabilidad del proyecto europeo. “Nos hemos puesto de acuerdo en poner todo el esfuerzo de Europa para ocuparnos de las cosas que preocupan a la gente. La gente quiere seguridad y eso es lo que demandan a sus gobernantes”, declaró el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, al término de la cumbre informal celebrada en Bratislava.

“Estamos de acuerdo en que nunca más permitiremos que vuelvan los flujos migratorios sin control” del pasado año, dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en referencia a uno de los compromisos clave de la nueva hoja de ruta de Bratislava. La mención inicial a evitar que se repita el “caos” de 2015 se suavizó por el malestar de algunas delegaciones con esa expresión, entre ellos Alemania, según revelaron fuentes europeas.

Estamos determinados a “corregir los errores pasados” y buscar “soluciones comunes” como una Unión a Veintisiete, añadió Tusk, quien confió en que en los próximos seis meses se cumpla la ruta marcada y se dé por concluido el protocolo en marzo, cuando los Estados miembros celebren en Roma los 60 años del proyecto europeo. Las cosas no van a ser como hasta ahora”, prometió. Tusk reconoció que el miedo y la inseguridad que sufren muchos ciudadanos europeos es real y es un tema que hay que atender. “El hecho de que millones de europeos se sienten inseguros es real. Están preocupados por la falta de control, hay temores por la emigración, el terrorismo y el futuro económico y social”, admitió. Tusk reconoció que la UE “no es perfecta”, pero afirmó que todos están de acuerdo en que es lo mejor de que se dispone. “

El presidente del Consejo dijo que la “triste” salida del Reino Unido ha abierto un debate franco sobre las raíces de la actual situación política del club comunitario. En la hoja de ruta aprobada ayer en Bratislava se incluyen también otros asuntos, como el acuerdo de refugiados con Turquía, el apoyo a los países en la lucha contra el terrorismo y lograr más cooperación económica e inversiones y más opciones para los jóvenes europeos.

“El espíritu de Bratislava fue un espíritu de cooperación. Sin la unidad europea no vamos a lograr estos objetivos”, manifestó la canciller alemana, Angela Merkel, en referencia a temas como la seguridad, la migración ilegal, la protección de las fronteras exteriores, la lucha contra el paro o la innovación económica.

En opinión de Merkel, “Bratislava ha sido el punto de salida para más trabajo. No ha sido para grandes declaraciones o cambios de tratados, sino para más acciones en aras de los ciudadanos europeos”. “Queremos dar impulsos y queremos actuar juntos”, prometió la canciller alemana tras el encuentro de 27 de los 28 líderes comunitarios en Bratislava. En una rueda de prensa conjunta con el presidente francés, François Hollande, agregó que ambos están “convencidos” de que en la UE se necesitan “compromisos y solidaridad, y trabajar en base a los valores comunes”. “Estamos en una fase decisiva de la Unión Europea”, aseveró Merkel y prometió que “más allá de Bratislava” la UE demostrará que se siente responsable, para tener éxito y no ofrecer solo palabras. En cuanto a la crisis migratoria, que ha causado tantas divisiones entre los países europeos, la canciller alemana exigió “más esfuerzos y consensos”. En ese sentido, destacó que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el principal crítico de la política migratoria en la UE, participó “activamente en las deliberaciones” de ayer.

Sin embargo, durante su comparecencia, Orban aseguró que la cumbre no fue exitosa ya que persiste una política de inmigración “ingenua”. “Se habló más de las cuotas (de reubicación de refugiados) que de cómo detener los inmigrantes en las fronteras”, se lamentó el mandatario magiar.

“Hemos acordado un calendario que comienza en Bratislava” y que llega hasta marzo, cuando se celebrará “el aniversario del Tratado de Roma y presentaremos los resultados para demostrar que hemos avanzado”, dijo, por su parte, el presidente francés, François Hollande. Añadió que las prioridades del programa acordado son “la seguridad, la prosperidad y el futuro de la juventud”. Precisó que la seguridad se centra en “la protección de las fronteras”, para “que Europa asuma su responsabilidad frente a la inmigración irregular”, e incluye apoyar a los países “que están en primera línea”, es decir a los primeros Estados a los que llegan los refugiados.

Aunque se sucedieron las llamadas a una unidad, ésta todavía no se ha forjado ni es tan completa. De hecho, el primer ministro italiano, Mateo Renzi, no dudó en mostrar su malestar con las iniciativas de París y Berlín. “Si sobre algunos temas Alemania y Francia se ponen de acuerdo y dicen que están satisfechos, yo estoy contento por ellos”, dijo. “Pero yo no estoy contento con las conclusiones sobre migración y crecimiento, entonces no puedo hacer una rueda de prensa con Merkel y Hollande sin compartir las conclusiones”, prosiguió, visiblemente descontento.