Más de 200 inmigrantes intentaron ayer saltar la valla de Ceuta por la zona del Tarajal y un grupo de 50 se encaramó en lo alto del vallado, que está a 6 metros de altura. «Estamos encima de la valla desde esta mañana [por ayer]y aquí están la Guardia Civil y la policía marroquí. Esto es muy grave, muy grave. Nos quieren devolver y sin testigos», contó a EL MUNDO uno de los subsaharianos que estaba en la valla fronteriza a través de un teléfono móvil.

Tras nueve horas esperando al sol, los inmigrantes tuvieron que bajar después de que aparecieran los elevadores móviles del Ayuntamiento de Ceuta. Este asalto es el primero que se registra en la ciudad desde el pasado 4 de junio. Aunque algunos se opusieron, finalmente fueron entregados a las fuerzas del orden marroquíes –siguiendo el protocolo establecido por el Ministerio de Interior español– y cuatro de ellos fueron trasladados al hospital pues presentaban cortes y facturas.

De la multitud que lo intentó, más de 100 personas superaron la primera valla y permanecieron en el espacio entre las dos existentes, produciéndose las llamadas «devoluciones en caliente», según la activista Helena Maleno, del colectivo Caminando Fronteras y afincada en Tánger.

Fuentes de la delegación ceutí confirmaron a Europa Press que algunos de ellos habrían forzado la puerta que da acceso a la zona intermedia entre las dos vallas. Finalmente, esas 40 personas fueron devueltas por agentes de la Guardia Civil a las fuerzas marroquíes. Los 50 que consiguieron llegar a la segunda valla, coronada de alambres, se dispersaron en distintos puntos, aunque la mayoría permaneció unida.

Al menos uno consiguió pisar territorio nacional y se encuentra hospitalizado, de acuerdo con la información publicada por el diario local El Faro de Ceuta. Efectivos de la Guardia Civil y de la Gendarmería marroquí se situaron en ambos lados, controlando el intento de entrada. Al conocer que había heridos entre los subsaharianos, la Cruz Roja envió ambulancias al lugar.

«Los marroquíes se han encargado de devolverme, tengo el brazo partido. Proteged a los que aún aguantan». Éste es uno de los testimonios que pudo recoger Maleno. «Cuatro personas han sido devueltas por la guardia marroquí; lanzan piedras y palos para que caigamos. No nos hagáis más daño», le confesó uno de los inmigrantes . Un grupo de internos del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) del enclave español se acercó y gritó «bozza, bozza» (victoria), animando a los encaramados en la valla, aunque la Policía les impidió el paso, según denuncia Maleno.

El Defensor del Pueblo pidió a las fuerzas de seguridad que verificasen si los inmigrantes encaramados en la valla de Ceuta pueden tener derecho a acogerse a las condiciones de asilo o protección internacional. La institución que dirige Soledad Becerril difundió un comunicado que recuerda que «las legislaciones española e internacional no permiten las devoluciones automáticas sin verificar de forma individualizada las circunstancias de las mismas».