Varios grupos de transportistas y
agricultores se movilizaron ayer lunes y bloquearon varias carreteras
en las inmediaciones del puerto de Calais para exigir que el campo de
inmigrantes, conocido como la jungla, sea definitivamente desmantelado.

PARÍS. La alcaldesa de Calais, Natacha Bouchart, se unió a la cadena humana, que exigió el cierre del campo por suponer un inconveniente para la población de la zona. Más de 7.000 personas viven actualmente en la jungla en condiciones precarias, por lo que muchos de ellos tratan de huir hacia Reino Unido colándose en los camiones que transitan la zona. Según el Ayuntamiento, la situación se ha vuelto insostenible.

Los refugiados, provenientes de países de Oriente Próximo, Afganistán y África, buscan cruzar el Canal de la Mancha, para lo que recurren en ocasiones al tráfico de personas. Varios camiones provenientes de Dunkerque y Boulougne bloquearon ayer lunes la carretera A16, que bordea Calais.

A principios de 2016, las autoridades comenzaron a desmantelar el campo como parte de las operaciones para cerrarlo. El ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, indicó que el Gobierno aún está tratando de desmantelarlo. – Efe