Las elecciones legislativas de este domingo en el Estado federado germano oriental de Mecklemburgo Antepomerania amenazan con convertirse en un desastre para la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel. Todo parece indicar que el partido conservador alemán por excelencia podría verse rebasado por la derecha por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

Los últimos sondeos demoscópicos antes de los comicios auguran que los cristianodemócratas empatarán o incluso podrían verse ligeramente superados por la nueva formación populista Alternativa para Alemania (AfD). Institutos como Infratest o Forschungsgruppe Wahlen anuncian para CDU y AfD una cosecha igual del 22% de los votos, mientras otros como Insa anuncian que el joven partido euroescéptico y xenófobo logrará un 23% de sufragios y tres puntos de ventaja sobre la CDU.

Nadie duda de que las elecciones en uno de los Estados más pobres y despoblados de Alemania serán ganadas una vez más por el Partido Socialdemócrata (SPD), gracias a la popularidad de su primer ministro, Erwin Sellering. Aunque perderá porcentaje de votos, todos los sondeos le atribuyen un apoyo mínimo del 28% y posiblemente buscará repetir la actual gran coalición gobernante con los conservadores para la nueva legislatura, aunque no se descarta una alianza con La Izquierda y Los Verdes.

Alternativa para Alemania, que se estrena electoralmente en Mecklemburgo – Antepomerania, pasará de la nada a más de una quinta parte del voto en la región costera del Báltico a costa de todas las demás formaciones. La Izquierda, el partido surgido del extinto comunismo germano oriental, perderá su tradicional tercer puesto y caerá a menos de un 15% de votos, y Los Verdes entrarán por los pelos en la Cámara legislativa de Schwerin con un ajustado 5% o 6% de sufragios.

La prácticamente segura desaparición de ese Parlamento del neonazi Partido Nacionaldemócrata Alemán (NPD) no resulta un consuelo para las fuerzas democráticas, toda vez que sus votos engordarán el resultado de la Alternativa para Alemania, que ha centrado su discurso electoral en la supuesta amenaza de islamización del país, la invasión de refugiados y la pretendida pérdida de derechos y privilegios de los ciudadanos alemanes en el Estado más agrario del país y con una población, en preocupante descenso, de solo 1,6 millones de habitantes, el paro juvenil más elevado de Alemania con más de un 12% y la tercera tasa de desempleo más alta de los 16 Estados federados germanos con más de un 9%, frente al 6,1% nacional.

La Unión Cristianodemócrata se ha visto atacada en la campaña por el omnipresente tema de la acogida e integración de los refugiados, que muchos electores de la región relacionan negativamente con la persona de Angela Merkel. Los actos de AfD se han visto siempre animados con un discurso de desprecio y odio hacia la canciller.

Los atentados islamistas cometidos por peticionarios de asilo de Afganistán y Siria el pasado julio en Würzburg y Ansbach han sido munición bienvenida para el líder de la lista de la Alternativa para Alemania, Erik Holm. Lorenz Caffier, ministro de Interior de Macklemburgo – Antepomerania y candidato de la CDU, no ha podido contrarrestar esa campaña, pese a que su discurso apuesta también por la mano dura, la selección estricta de los refugiados que merecen ser aceptados como tales y la expulsión inmediata del país de todos aquellos que no merezcan disfrutar del derecho de asilo.

Comicios al Bundestag

Con la vista puesta en las elecciones dentro de dos semanas en la ciudad – Estado de Berlín, donde la CDU amenaza con caer incluso por debajo del 20% de votos ante el ímpetu de los populistas de AfD, los conservadores de Merkel ven además preocupados como a solo un año de las legislativas al Bundestag su partido y su líder nacional siguen perdiendo popularidad.

El último sondeo semanal del instituto demoscópico Forsa pronostica una intención de voto de solo el 33% para la CDU a nivel nacional, su peor resultado de los últimos 5 años y muy lejos del 42% de sufragios conseguidos en las generales de 2013. Es más, menos de la mitad de los alemanes, un 44%, considera que Angela Merkel es la persona adecuada para afrontar los retos del futuro y la mayoría prefiere que no se presente como candidata para un cuarto mandato después de 11 años en el poder, según una encuesta de Emnid.

El único consuelo que le queda a la canciller pese a su pérdida de popularidad es que no tiene rivales que puedan hacerle sombra. Los electores tienen menos fe aún en el socialdemócrata y titular de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, al que solo apoya para asumir la Cancillería Federal un 38% de los alemanes. La confianza en el presidente del SPD, vicecanciller federal y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, es abrumadoramente menor y solo del 16%. Y entre los conservadores, las cifras no son mejores. El presidente de la Unión Socialcristiana (CSU) y primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, solo logra un 26% de apoyos, y la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, un paupérrimo 15%, pese a que figura como delfín potencial de la canciller.