La primera jornada de la reunión informal de ministros de Exteriores de la Unión Europea tuvo ayer dos claros protagonistas: Turquía y Ucrania, dos socios fundamentales en el futuro del devenir europeo. Los cancilleres hicieron especial hincapié en la importancia de mantener el contacto con Turquía pese a las críticas por las purgas tras el intento de golpe de Estado de julio. «Turquía es un socio importante. Tenemos que aclarar qué queremos de Turquía y con Turquía», dijo el jefe de la diplomacia eslovaca, Miroslav Lajcak, sólo un día antes del encuentro previsto para hoy con el ministro turco de Asuntos de la UE, Ömer Çelik. «Espero que tras el encuentro podamos ayudar a mejorar y normalizar el ambiente» , añadió Lajcak, cuyo país ostenta la presidencia semestral de la UE.

Desde el intento de golpe de Estado turco, la UE ha reiterado su apoyo a uno de sus socios clave aunque ha mostrado sus diferencias con Ankara por la purga lanzada en los sectores público, educativo y empresarial tras la asonada. El primer ministro turco, Binali Yildirim, afirmó el jueves que su país no modificará su legislación antiterrorista, una condición de la UE para aplicar la exención de visado a los ciudadanos turcos para su entrada al espacio de libre circulación europeo Schengen.

En un momento en que Turquía vive «una difícil situación política», es «importante mantener el contacto», subrayó el comisario de Negociaciones de Ampliación, Johannes Hahn. El canciller eslovaco y su homólogo italiano rechazaron interrumpir las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE, aunque volvieron a mostrar sus reticencias sobre la situación de los derechos humanos en el país. Aun así, llamaron a tranquilizar las relaciones. «Parte de esta tensión (entre Turquía y la UE) viene de malentendidos y tenemos que rebajar esa tensión», aseguraron.