La fragata española “Reina Sofía”, que participa en el operativo de la Unión Europea de control del Mediterráneo (Eunavformed), atracó hoy en el puerto de Salerno, sur de Italia, para desembarcar a los 1.048 inmigrantes que rescató el pasado martes.
Se trata de 914 hombres, 122 mujeres y 12 niños, la mayoría de origen subsahariano, que fueron rescatados en diferentes operaciones durante la jornada del martes, en el mayor rescate realizado en un día por esta fragata, que terminará su misión el próximo 24 de septiembre.
Durante la jornada de hoy y mañana continuarán llegando a los puertos italianos los cerca de 15.000 inmigrantes que han sido rescatados en los últimos cinco días, en una nueva oleada de barcazas y lanchas neumáticas que zarparon desde las costas de Libia y fueron interceptadas en el Canal de Sicilia.
Mañana llegará a Cagliari, en Sicilia, el barco “Dattilo” de la Guardia Costera italiana que transporta a 931 inmigrantes y los cadáveres de tres personas recuperados los pasados días.
En estos últimos días, el barco de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras (MSF) “Dignity I” también ha participado en el salvamento en aguas del Mediterráneo de 3.000 personas que viajaban a bordo de 20 balsas neumáticas y de varias embarcaciones de madera, una de las cuales transportaba entre 600 y 700 personas, informó la organización.
Entre ellos, señaló, había dos gemelos prematuros, de tan sólo cinco días, en estado grave y que tuvieron que ser trasladados a otro buque para que los llevara a tierra con rapidez, informó el equipo médico de MSF.
El aumento de las llegadas en estos últimos días y la necesidad de gestionar y ubicar a los inmigrantes vuelve a preocupar en Italia, aunque el presidente del Gobierno, Matteo Renzi, aseguró ayer que “la situación no está colapsando”, aunque insistió en la necesidad de “repatriar” a aquellos que no cumplan las condiciones para permanecer en el país.
Sin embargo, la alcaldesa de Lampedusa, Giusy Nicolini, denunció la situación en la pequeña isla siciliana ya que debido a los últimos desembarcos cuenta actualmente con más de 1.700 inmigrantes , cuando el centro de acogida tiene una capacidad para unos 500.
En unas declaraciones a la emisora pública “RadioRai”, Nicolini explicó que quien llega no encuentra “un puerto seguro, sino el infierno seguro”, pues cientos de inmigrantes han tenido que dormir a la intemperie en la isla ante la imposibilidad de darles un refugio.
“No estamos preparados actualmente para este número de personas por lo que he pedido que se realice urgentemente una reubicación”. dijo la alcaldesa.