La música ha sido el eje vertebrador del mestizaje cultural que cada año despliega el Festival Internacional de Folk en Getxo con una serie de actividades paralelas, que se desarrollarán desde hoy hasta el domingo en la plaza de La Estación de Las Arenas y sus aledaños. El Espacio Solidario aglutina una amalgama de propuestas que permiten descubrir la cocina, la artesanía, los proyectos humanitarios o la música de otros países fuera de las actuaciones estelares, entre otras cuestiones.

«El tronco del árbol es la música». Según explica la responsable de este evento que organiza el Aula de Getxo, Marta Hernández, todo empezó con la organización de un festival que acogía una serie de conciertos. Pero, con el paso del tiempo, se fue ramificando. Sucedió cuando el evento se trasladó a la plaza de Santa Eugenia y a la de Las Escuelas, en Las Arenas, hace doce años. El cambio se debió a la propia realidad cultural y social que vive el municipio en las últimas décadas.

«El folk es un mestizaje», apunta Hernández, para explicar que los propios intérpretes que tocan en los conciertos se interesan por los ritmos típicos de otros puntos del planeta. «La apertura de los artistas es evidente; cada vez quieren conocer más», apostilla. Lo mismo ocurre con la realidad de una población del municipio en la que ha aumentado el número de habitantes procedentes del extranjero.

El Festival de Folk ofrece a todos –sean de aquí o de allá– su particular Espacio Solidario, en el que no faltará un mercado de la artesanía del mundo, que ayuda a descubrir los trabajos manufacturados en otros continentes. Se mostrarán en trece stands artículos elaborados en Egipto, India o África. «El Espacio Solidario se llamaba al principio Comercio Justo, pero fue evolucionando para, sin perder su esencia de mercado, añadir otras cuestiones como la educación, la salud o la sensibilización…» El mercado abre de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00 horas.

Antirrumores

Las Organizaciones No Gubernamentales y de Desarrollo tienen también un fuerte protagonismo. Además de mostrar los proyectos solidarios que abanderan, se preocupan para acercar a los visitantes alguna realidad tan actual y cruda como la que viven los refugiados. En ese capítulo se afanarán esto días Ongi Etorri Errefuxiatuak y el programa Antirrumores, que también tiene un papel fundamental en el certamen. Amnistía Internacional o Médicos del Mundo participan en todas las ediciones. Precisamente, De hecho, Médicos del Mundo se encargó de la organización de la Terraza del Mundo durante años, pero al final cedieron el testigo a Plataforma de Inmigrantes de Getxo.

Los cambios han conseguido uno de los objetivos de la organización: «El Festival de Folk quiere ser un punto de encuentro en Getxo de diferentes culturas y países». En esta ocasión participarán colectivos como Perualde, Educo, Lagun Artean o Kalé dor Kayico, asociación de personas de etnia gitana.

Sensibilizar a la población, hacerle reflexionar y darle a conocer distintas realidades o costumbres de otros países para incrementar el mestizaje cultural y social es una premisa fundamental de estas actividades paralelas, entre las que no faltará la posibilidad de degustar platos de Filipinas, Bolivia, Argentina, México, Marruecos y Senegal, entre otros. La Terraza del Mundo abre de seis de la tarde a diez de la noche, salvo el viernes y el sábado, que cerrará a la una.