El servicio navarro de mediación entre culturas actúa en 1.600 casos en 2015
Este programa foral, creado en 2008, interviene en la relación entre diferentes servicios y personas foráneas En 2015 asistió a 991 extranjeros, casi un 19% más que en el ejercicio anterior La mayoría procedía de la UE o del Magreb
Diario de Noticias, , 28-08-2016¿Cómo se transmite a personas que no conocen el castellano que sufren una determinada enfermedad? ¿O qué trámites hay que realizar para justificar que un estudiante falte unos días a clase en su centro educativo?
Estos son algunos de los casos en los que interviene el programa de mediación lingüística e intercultural del Gobierno de Navarra, un servicio activo desde 2008 y que, solo en el transcurso del pasado año, llevó a cabo un total de 1.649 mediaciones, entre las que se atendió a 991 personas extranjeras.
Estas cifras suponen un aumento con respecto a 2014, cuando los balances se habían reducido en comparación con ejercicios anteriores y hubo 833 personas atendidas (casi un 19% menos que en 2015) y 1.465 casos (un 12,56% menos). Desde el departamento foral de Derechos Sociales, del que ahora depende el servicio, explican que estas actuaciones van más allá de limitarse a prestar una atención de intérpretes (un carácter de apoyo lingüístico que puede tener su peso, pero no siempre); median sobre todo en el acceso a servicios públicos y también en la prevención de conflictos.
Algunos de los más sonados son, por ejemplo, el uso del burka o la mutilación genital femenina. Aunque desde el servicio insisten en que también hay casos “más cotidianos”. Lo más habitual es que aborden cuestiones de carácter social (el 30,4% de las intervenciones), seguidas de las de tipo laboral y económico (el 19,2%), las sanitarias (el 17,3%) y las jurídico – administrativas (el 11,5%).
El proyecto arrancó en el año 2008, entonces dentro de la Oficina de Atención a la Inmigración (luego estas funciones se reestructuraron), y se adjudicó por cuatro años a la fundación Anafe (entidad vinculada al sindicato CCOO Navarra) y a Cruz Roja, que volvieron a lograr la adjudicación en 2012 (cuando el presupuesto también se vio afectado por los recortes) por cuatro años más. Ahora está previsto que salga de nuevo a concurso con el fin de continuar con esta atención.
El servicio llegó a contar con once mediadores y, en la actualidad, cuenta con siete personas formadas en mediación y procedentes de diferentes culturas, y que están a caballo entre la cultura local y la extranjera. Tres son de Marruecos, uno de Senegal, otro de Kenia, una es búlgara y la séptima procede de Rumanía.
Uno de los objetivos inmediatos del servicio es volver a contar con personal de Latinoamérica, una figura que desapareció al dejarse de atender estos casos en 2014, aunque antes habían supuesto en torno al 35% de las personas asistidas cada año. En este caso, el idioma no es una barrera, lo que no quita para que se trate de ciudadanos con otros problemas.
La mayoría de las personas extranjeras atendidas proceden de la Europa Comunitaria (404, lo que supone el 40,8% del total, especialmente de países como Bulgaria y Rumanía), seguidas del Magreb (371) y África Subsahariana (140). Ya a mayor distancia se sitúan la Europa extracomunitaria (72), la mencionada América Latina (2) y Asia (2). En total, 991 personas: el 46,7% de ellas fueron hombres, y el 53,3%, mujeres.
una mediación, varias acciones
En total, durante 2015 se realizaron 1.649 mediaciones, unos casos en los que se tuvo que intervenir en 5.199 ocasiones (para resolver una mediación puede ser necesario realizar diferentes actuaciones, en diferentes reuniones que implican, a veces de forma conjunta y a veces individual, al mediador con la persona atendida y el centro) y que implicaron a 378 recursos, tanto públicos como privados.
La solicitud de esta intervención puede proceder tanto de una persona de origen inmigrante como de uno de estos servicios. Llegan desde centros de salud a colegios, de servicios sociales a universidades, por el acceso a viviendas… El objetivo en todos estos casos es favorecer la comunicación. Ahora, desde el departamento de Derechos Sociales creen que los siguientes retos, más que de los casos ya mencionados de forma individual, está en trabajar en un plano comunitario, con objetivos de mediación aún más amplios.
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