Un turista chino, recluido 12 días por error en un centro de refugiados de Alemania
El Periodico, , 09-08-2016Un turista chino ha pasado 12 días recluido por error en un centro de refugiados en Alemania. Los 12 días que las autoridades alemanas han tardado en reconstruir su historia. La pesadilla de este ciudadano, de 31 años y que solo habla chino mandarín, empezó cuando quiso denunciar que le habían robado la cartera en Heidelberg. En lugar de ir a una comisaría a poner la denuncia, acabó en una oficina pública donde le entregaron un formulario para presentar una solicitud de asilo. El hombre lo rellenó, lo entregó y aquí empezó su odisea.
“Puso en marcha una maquinaria de la que en un primer momento no fue capaz de salir”, ha resumido Christoph Schlutermann, presidente de la Cruz Roja en la región de Münster (Renania del Norte – Westfalia), oenegé que gestiona el centro de acogida. “No hablaba alemán ni inglés. Ha pasado 12 días atrapado en la burocracia alemana porque no nos hemos podido comunicar”, ha admitido Schlutermann. Las autoridades alemanas solo descubrieron el error tras acudir, desesperadas, a un restaurante chino en busca de un intérprete.
Al parecer el turista, que pretendía continuar su viaje hacia Francia e Italia, quiso denunciar que le habían robado la cartera en Heidelberg. Fue a una oficina pública pensando que era la comisaría. Allí le dieron un formulario que no era para denunciar nada, sino para pedir asilo. Tras rellenar los documentos, le trasladaron a un centro de acogida provisional en Dortmund, donde tuvo que entregar su pasaporte y su visado. No fue hasta que le condujeron al centro de acogida de Dülmen, a 360 kilómetros, donde fue registrado como refugiado, que pudo empezar a aclarar la confusión.
En el centro de Dülmen le tomaron las huellas dactilares, le hicieron una revisión médica y le dieron comida y dinero. El mismo protocolo que al resto de refugiados. Al personal le llamó la atención un detalle: el hombre iba bien vestido. “Además, actuaba diferente que el resto de los refugiados. No paraba de hablar pero nadie le entendía. Pedía que le devolvieran su pasaporte, que es lo contrario que la mayoría de refugiados hace”, ha relatado Schluetermann.
El personal de la Cruz Roja recurrió a aplicaciones on – line para traducir lo que el hombre decía, pero no descubrieron la verdad hasta que fueron a un restaurante chino de la localidad. “Fue un momento increíble para todos. Dijo que Europa no era lo que se esperaba. Estaba contento de marcharse de allí, pero no enfadado”, ha relatado el directivo de Cruz Roja, que ha subrayado el problema de Alemania con la burocracia: “Desafortunadamente, Alemania es un país extremadamente burocrático. Y con la crisis de refugiados he visto lo burócratas que somos”.
Más de un millón de refugiados han llegado a Alemania en el último año, huyendo de la guerra y la pobreza en Siria, Irak o Pakistán. Tan solo un pequeño número de ciudadanos chinos ha pedido asilo en los últimos años.
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