Tribuna abierta
La Unión y Turkey
Deia, , 03-08-2016TRAS el fallido golpe de Estado en Turkey, me llamó la atención cierta neutralidad mostrada por representantes cualificados de algunos estados occidentales, pero lo que más lo hizo, fue el headline de un media americano, Fox News Opinion, “Turkey’s last hope dies” (“Muere la última esperanza de Turquía”). Esto me llevó a recordar una pregunta, con fuerte contenido de humor negro, que se compartía en los ambientes universitarios y aledaños de Estados Unidos allá por los primeros años 70 cuando se producía un golpe de estado en Latinoamérica: “¿Tenemos embajada en ese país?”. Chile y la película Missing estaban recientes.
No voy a hacer más comentarios sobre esto porque prefiero creer que la defensa de la democracia y el estado de derecho no se ha puesto en duda en ningún momento por alguno de ellos. En cualquier caso, debo trasladar mi adhesión a la condena del golpe por todos los partidos turcos y por el premio Nobel de Literatura Orham Pamuk, este en un corto pero contundente mensaje.
Pero si me lleva a reflexionar en voz alta, sobre la trayectoria de Turkey en este último siglo, sus avatares y los de Europa, pues caminan juntos, aunque sin mirarse. ¿Por qué? Sigo sin entender por qué hoy todavía no es miembro de la Unión, cuando desde mitad de los años 60 aspira a ello. El fin del Sultanato en el Tratado de Lausana, previa ruptura del Tratado de Sèvres, auténtico producto de humillación sobre el vencido, que trata de mantener unas cuantas prebendas para el Sultán, a costa de vender el país a las potencias occidentales, llevan a Turkey a una década prodigiosa de cambios para la construcción de un Estado moderno, democrático y laico, con una decidida separación de lo político de lo religioso.
Su Constitución (1924) proclama un sistema democrático y laico y toma como referencia para sus códigos civiles, penales y económicos los de países europeos. Entre 1925 y 1935, llega a establecer la emancipación de la mujer, eliminación de las escuelas religiosas y abolición de la sharía, matrimonio civil, cambio del alfabeto, derecho al voto de la mujer y a ser elegida, derecho a la enseñanza y sin separación por sexos, igualdad de derechos en el divorcio, la custodia de los hijos, la herencia y la educación, día de descanso el domingo, y un largo etc.
¡Cuántos estados Europeos y de la Unión se ruborizarían de sus procesos de modernización y democratización si se comparan con el de Turkey!
Un fuerte debate interno Hoy, Turkey se enfrenta a un fuerte debate interno, del que solo espero que lo superen satisfactoriamente mediante el reforzamiento y actualización del espíritu que les llevó a construir un estado de derecho en el siglo pasado, democrático, igualitario, laico y moderno. ¡Que no lo pierdan!
Pero me sigo preguntando: ¿por qué no está incorporada a la Unión y, además, desde hace tiempo? ¿Pesa, todavía, la ruptura unilateral del tratado de Sèvres?
Turkey presenta unos datos demográficos (70 millones) que ayudarían a la envejecida Unión Europea a rejuvenecerse, con más del 50% de población con menos de 35 años. Presenta una riqueza nacional inmensa: turcos, kurdos, zazas, caucásicos, árabes, armenios, georgianos, etc, y todos los credos están presentes. Resulta ser un mosaico polícromo de culturas y capital humano, campo de enseñanza privilegiado para que en la Unión, se entienda de una vez, en qué mundo vivimos. Representa un espacio para la relación con el mundo islámico y, no solo, como lugar de embalsamiento de los flujos de inmigración, para salvar a la Unión de sus vergüenzas e incapacidades. Su crecimiento económico aporta fortaleza y su preparación tecnológica esta al mismo nivel. En definitiva, un capital humano, cultural, tecnológico y económico, no desdeñable.
Termino señalando, en mi opinión, la pérdida de un tiempo muy valioso, en un sinfín de incomprensibles exigencias por un lado, y de ciertos acuerdos, no precisamente edificantes, por otro (cuando le interesa a la Unión), para llegar a un final deseado de plena integración de Turkey.
Es la Unión la que necesita a Turkey y no esta a la Unión. Una Unión desorientada y superada en sus propias tribulaciones políticas, sociales, culturales y económicas.
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