Bandas de jóvenes latinos y afroamericanos
por las conflictivas calles
del Bronx y Harlem, en Nueva
York, en la década de 1970, generaron
el movimiento musical, artístico
y cultural conocido como hip
hop, el tema de la nueva serie The
Get Down. La historia es una creación
del director australiano Baz
Luhrmann, quien lleva 10 años detrás
de esta historia para la pequeña
pantalla, disponible en Netflix
desde el próximo 12 de agosto.
«Antes de empezar con la serie
lo pensé mucho porque, siendo
australiano, el hip hop podía no
ser mi historia. De joven, para mí,
Nueva York era una meta. Hasta
que llegué allí y las imágenes del
hip hop se me grabaron y anidaban
en mi mente. Había visto Fiebre
del sábado noche y cosas así…
Las fotos y los testimonios de la
ciudad en bancarrota y las fiestas
callejeras me arrastraban al
Bronx. Conocí a Nelson George
[testigo del origen del hip hop e
historiador del movimiento] y el
proyecto profundizó en mí y en la
necesidad de recrearlo con gente
joven, distintos directores y colaboradores.
Me veía como creador
o coordinador en sentido amplio»,
explica Luhrmann, director de películas
como Moulin Rouge (2001)
y El gran Gatsby (2013). George
considera a Luhrmann «más empresario
que director porque está
en todo, desde el uso de la música,
ópera o soul, hasta el sello personal
que le pone a cada episodio y
cada coreografía».
Los jóvenes actores de la serie
representan a personajes que protagonizaron
el movimiento cultural;
algunos de ellos, como George, han
participado en la recreación de este
drama musical. El grafiti, la poesía,
el baile y, sobre todo, la música
forman esta historia de los barrios
marginales de Nueva York, en una ciudad más cercana a la pesadilla
que al sueño americano: música espontánea
y baile en exteriores como
reacción a la música disco.
«Todo en la serie tiene una referencia
real y documentada, sin embargo,
huyo de hacer biografías. A
mí me gusta la investigación y me
he convertido en un banco de datos
del hip hop, pero no quiero presentar
a Flash como un personaje
biográfico», explica Luhrmann, en
alusión a uno de los protagonistas
hace 40 años, Grandmaster Flash,
que forma parte del proyecto de
Netflix como productor, del mismo
modo que el también rapero Nas.
Flash, precisamente, utiliza la expresión
The Get Down como una
especie de estribillo que invita al baile, un término que se anticipaba
a la popularización del hip hop.
«Quienes inventaban una nueva
forma de hacer música no pensaban
que podían hacer dinero ni negocio
con ella a pesar de que, visto
desde ahora, ha prevalecido la
creatividad del contexto», cree
Luhrmann: «En aquel contexto no
existía nada», añade sobre la pobre
Nueva York de finales de los 70. La
ciudad es en sí misma otra de las
protagonistas de The Get Down.
«La violencia está presente aunque,
conscientemente, está enfocada
como posibilidad. Los personajes
son parte del sistema, pero el
sistema ha fallado, no hay servicios
públicos para las bandas callejeras,
la ciudad está escindida del resto
del país y sumida en las deudas.
En medio de la desolación nace un
torbellino de creación y cultura»,
explica el autor, quien cuenta con
su esposa, Catherine Martin, como
coproductora y diseñadora de la
serie.
El rodaje ha sido laborioso. Centenares
de personas participaban
en la recreación de las fiestas callejeras
de la época, un periodo en el
que las relaciones raciales en
EEUU no atravesaban su mejor
momento. Esa tensión no ha
remitido en la actualidad, ni
mucho menos: «Desde que
empecé a trabajar en la serie,
algunos de los temas que hay
en ella han aumentado en la
vida real de tal forma que no
hubiese imaginado jamás. Me
alegraría que la serie contribuyese
al diálogo racial que
necesitamos».