La polarización tras el golpe en Turquía se traslada a Alemania
Simpatizantes y críticos de Erdogan se manifiestan en las calles de Colonia
ABC, , 31-07-2016Dos semanas después de la intentona de golpe contra el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y de las posteriores purgas masivas, las tensiones políticas de Turquía llegan a orillas del Rin para profundizar en la herida diplomática entre Berlín y Ankara. Miles de manifestantes de origen turco se manifestaron ayer en Colonia, en el Estado de Renania del Norte Westfalia, para apoyar a Erdogan, lo que suscitó inmediatas reacciones de protesta. En esta ciudad, la cuarta más poblada de Alemania, ya hay experiencia al respecto: el propio Erdogan estuvo aquí en 2014 y congregó a más de 20.000 seguidores. Se estima que un tercio de la comunidad turca en Alemania, unos tres millones de personas, vive en el «land» del que Colonia es capital.
Con el lema «Sí a la democracia, no al golpe», el brazo europeo de los islamistas del AKP y la Unión de Demócratas Turco – Europeos convocaron una concentración a la que le salieron hasta cuatro contramanifestaciones, lo que obligó a desplegar 2.700 policías. Entre las marchas de protesta, la principal fue la organizada contras las purgas masivas en Turquía por una alianza de las juventudes de Los Verdes, La Izquierda, los socialdemócratas del SPD y los liberales del FDP. El resto de las contramanifestaciones fueron convocadas por organizaciones turco – alemanas de izquierda, por el movimiento ultraderechista islamófobo local, Pro – NRW y por grupos autodenominados antifascistas. Organizaciones kurdo – alemanas declinaron participar para no crispar aún más los ánimos.
Las relaciones entre Berlín y Ankara pasan un momento delicado, a pesar de que el jueves Angela Merkel reiteró que Erdogan «es un socio muy importante». Un primer punto de fricción se dio en abril, cuando el humorista alemán Jan Böhmermann le dedicó al presidente turco un poema satírico en su programa de televisión. En junio, la resolución del Bundestag que reconoció el genocidio armenio provocó la ira turca. Las últimas tensiones han llegado con la demanda de Ankara a Berlín de extraditar a los colaboradores en Alemania del clérigo Fetula Gülen, acusado por Erdogan de orquestar la asonada en su contra.
Bruselas y Berlín habían encontrado en Erdogan una salida a la crisis de los refugiados, aunque a cambio de 6.000 millones de euros. Un acuerdo que, tras los ataques en Ansbach y Wurzburgo, es necesario más que nunca mantener. Así se desprende de la extremadamente contenida crítica de Merkel contra las purgas masivas que está llevando a cabo el presidente turco y que han dividido profundamente a la comunidad turco – alemana, que ha denunciado ataques a escuelas y centros de enseñanza afines a Gülen: «Por supuesto, cuando una intentona golpista como ésta tiene lugar, es importante tomar acciones», comentó Merkel, que no obstante advirtió de que esas acciones «deben tener límites».
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