Dos cubanos muertos en el tren de aterrizaje de un avión
Las Provincias, , 23-07-2016HACE
25
AÑOS
El 22 de julio de 1991 fueron hallados los cuerpos sin vida de dos jóvenes cubanos, aplastados en el hueco del tren de aterrizaje de un avión DC – 10 de Iberia que acababa de realizar el trayecto La Habana – Madrid.
Un electricista del aeropuerto de Barajas, que realizaba operaciones de revisión en la aeronave ‘Costa Dorada’ para emprender nuevo viaje a San Juan de Puerto Rico, se percató de lo ocurrido al descubrir restos de sangre en el vástago central del tren de aterrizaje.
El avión no pudo reemprender viaje, lógicamente, y fue sustituido por otro mientras se personaba el juez y se determinaban las diligencias oportunas. Los dos cubanos muertos eran los jóvenes de raza negra José Manuel Acebedo Cárdenas y Alepis Hernández Chacón, de 20 y 19 años, respectivamente, quienes llevaban encima documentación que permitió identificarles.
Se supone que se introdujeron en el tren de aterrizaje cuando el avión ya se encontraba en la cabecera de pista en La Habana, dispuesto para iniciar el despegue. Luego, a 12.000 metros de altura y a 900 kilómetros por hora, no pudieron soportar la gélida temperatura de 55 grados bajo cero, siendo posteriormente aplastados en las maniobras del tren de rodadura.
LAS PROVINCIAS contó en su información del 23 de julio que en los 22 años anteriores, cinco ciudadanos cubanos habían huido de su país como polizones en los trenes de aterrizaje de aviones que hacían la ruta a España, pero sólo uno de ellos logró llegar con vida al aeropuerto de Barajas.
El único sobreviviente a tan bajas temperaturas fue Armando Socarras, quien, en junio de 1969, soportó entre las ruedas de un DC – 8 temperaturas de 22 grados bajo cero durante los 9.000 kilómetros entre La Habana y Madrid. Para mayor mérito de su resistencia, iba vestido únicamente con un pantalón normal y una camisa ligera.
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